
Es la rarita de la clase. Rica en fibra y antioxidantes, la fruta del dragón es ideal para disfrutar de un picoteo saludable a cualquier hora del día. FOTO: Any Lane / Pexels
A la rica fruta
No es el dragón de Khaleesi, pero esta fruta de aspecto exótico tiene un enorme poder antioxidante que refuerza tus defensas
Muy fácil de preparar, la pitahaya es un superalimento bajo en calorías que reduce la inflamación, mejora la salud digestiva, potencia el sistema inmune y favorece la pérdida de peso.
Por Marcos López
2 DE NOVIEMBRE DE 2025 / 08:00
Tienes que comer bien. Disfrutar de una alimentación en la que abunden los manjares, tan variados como nutritivos, que ofrece la tierra. En especial, de frutas y verduras, que además de ayudarte a vencer tus antojos de dulce de forma saludable, tienen un sinfín de efectos positivos para tu cuerpo. Como ocurre con la sabrosa, y (muy) desconocida, fruta del dragón. Es la enésima incorporación al elenco de los superalimentos, esos a los que se atribuyen propiedades casi milagrosas por el hecho de comerlos, aunque no haya mucha evidencia de sus atribuciones extraordinarias. Sin llegar a tanto, lo cierto es que la fruta del dragón tiene un sabor exótico y micronutrientes muy interesantes para nuestra salud.
Rocío del Pozo, dietista-nutricionista en el Consultorio Médico Los Ángeles de Madrid, explica que «la fruta del dragón es baja en calorías y contiene ácidos grasos omega-3 y 6, además de ser fuente de fibra, vitamina C, antioxidantes y minerales como el hierro y el magnesio».
Desde México para el mundo
De forma ovalada y un intenso color rosáceo, la fruta del dragón crece en los cactus de los géneros Hylocereus y Selenicereus, originarios de México y otros países de Centroamérica, aunque hoy en día se cultiva en zonas tropicales de todo el mundo. Se conoce también como pitahaya, palabra haitiana que significa fruta escamosa y que hace referencia a las espinas –o escamas– que adornan su piel, asemejando la de un dragón. Como los de Khaleesi, pero sin escupir fuego. Aunque, sin duda, es más sugerente su otro apelativo: la Reina de Honolulu.
Pero su importancia no reside en su exotismo, sino en los beneficios que aporta al organismo.
Aliada de las buenas digestiones
No importa lo colorida que sea la piel de la pitaya. No es comestible. Pero su pulpa, tal y como ha revelado la Universidad de Marilia en São Paulo, es muy rica en compuestos antioxidantes. Entre otros, betalaínas, hidroxicinamatos y flavonoides, muy eficaces a la hora de proteger a las células frente al daño oxidativo que causan los radicales libres.
También presenta un alto contenido en fibra dietética con efecto prebiótico, por lo que mejora, y mucho, el tránsito digestivo. Como destaca Rocío del Pozo, «la fruta del dragón es rica en un tipo de carbohidratos, los oligosacáridos, que promueven el crecimiento de las bacterias buenas de la microbiota intestinal, facilitando así la digestión».
Arriba esas defensas
No es sólo que, como ha demostrado la Universidad Tarbiat Modares en Teherán, las betalaínas ayuden a reducir los niveles de colesterol LDL, el consabido colesterol malo. Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y 6 también ayudan a mejorar la salud cardiovascular, disminuyendo el riesgo de sufrir un infarto o un ictus.
Asimismo, la fruta del dragón también es fuente de vitamina C y carotenoides que protegen a los glóbulos blancos de estrés oxidativo. De esta forma se potencia, como ha observado la Universidad Emory en Atlanta, la capacidad del sistema inmune para combatir a los patógenos invasores como los virus y las bacterias.
Cuida de todo tu cuerpo
Pero los beneficios de la pitaya no acaban, ni mucho menos, aquí. Como apunta la experta, «también tiene propiedades analgésicas, anticancerígenas y neuroprotectoras y reduce el riesgo de desarrollo de diabetes, combate el envejecimiento prematuro de la piel, previene la dislipidemia y el síndrome metabólico, cura el estreñimiento y calma la ansiedad».
Te ayuda a controlar el peso
Como sucede con otras frutas, la pitahaya apora mucha agua y muy pocas calorías, solo 60 calorías por cada 100 gramos. Unido a su alto contenido en fibra además de mantenerte hidratado te ayuda a sentirte saciado. De esta forma se aplaca la sensación de hambre y es más fácil controlar el peso. «Además es sorprendentemente fácil de preparar. Se puede comerse como cualquier otra pieza de fruta o como parte de una ensalada, un batido o un yogur», señala Rocío del Pozo.
Chefs, apasionados de la gastronomía y personas preocupadas por su salud de todo el mundo «se están enamorando de fruto y de su hermoso color», concluye la nutricionista. Sin renunciar a otras frutas de temporada, no está de más darle una oportunidad a este dragón cargado de vitaminas.
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