Los riesgos y peligros de la dieta del huevo duro que se ha hecho viral para perder 10 kilos en dos semanas

Atrás han quedado las vacaciones y sus excesos, sobre todo gastronómicos. Así que ha llegado el momento de perder esos kilos de más que pueden perjudicar a tu salud. No en vano, el sobrepeso y la obesidad son fuente de múltiples enfermedades muy graves. Así que surge la tentación de deshacerse de esos kilos lo más rápidamente posible. Por ejemplo, ¿qué te parecería bajar hasta 10 kilos en tan sólo dos semanas? Un resultado relámpago para el que solo hay que seguir la dieta del huevo duro, que ha vuelto a irrumpir con fuerza en las redes sociales.

Rocío del Pozo, dietista-nutricionista en el Consultorio Médico Los Ángeles de Madrid, alerta de que «aunque es verdad que esta dieta contiene alimentos saludables, no es para nada equilibrada ni sana. Además, no existe ninguna evidencia científica que confirme su presunta eficacia».

TE PUEDE INTERESAR

De la dieta del pomelo a la alimentación cetogénica: estos son los regímenes para adelgazar que no deberías hacer jamás

Los peores errores que cometes cuando intentas bajar de peso de forma saludable, según una nutricionista

En qué consiste la dieta del huevo duro

La premisa de este régimen es muy clara: hay que incluir su ingrediente principal (dos huevos de gallina cocidos) en el desayuno, la comida y la cena. En total, un mínimo de cuatro huevos duros al día. Siempre acompañados de alimentos ricos en proteínas y bajos en carbohidratos. Lo que, básicamente, viene a ser una dieta de restricción calórica de toda la vida. Pero ésta, por extrema, es muy peligrosa.

Ideada en 2018 por Arielle Chandler, quien se autoproclama nutricionista pero no tiene titulación, esta dieta también promete mejorar el control de los niveles de azúcar en sangre y la visión, así como fortalecer los huesos, el pelo y las uñas, aunque nada de ello ha sido demostrado en ningún estudio. Sin embargo, su popularidad reside en que presuntamente brinda una rápida bajada de peso. Eso sí, a costa de tu salud.

Qué puedes comer (y qué no)

La dieta se ampara en la ingesta de huevos duros –o cocidos– y de alimentos ricos en proteínas, «que al ser más difíciles de digerir que los carbohidratos ralentizan la digestión, con lo que aumenta la sensación de saciedad y se facilita la pérdida de peso», indica Rocío del Pozo. También se permiten las frutas bajas en calorías, las verduras sin almidón, las especias, algunos alimentos muy bajos en grasas y las bebidas exentas de calorías, incluidos los refrescos dietéticos.

Eso es todo. Están completamente prohibidos los cereales, los alimentos procesados y ultraprocesados, las verduras con almidón, las frutas ricas en calorías –incluidos los frutos secos– y las bebidas azucaradas como los zumos y los refrescos. Y en ningún caso se puede picar nada entre comidas. Ni siquiera más huevos duros.

No es una dieta equilibrada

El riesgo es que los contras de este régimen superan, y por mucho, a los pros. En primer lugar, niega el consumo de algunos alimentos que, como los cereales, son ricos en muchos macro y micronutrientes esenciales de los que carecen los alimentos permitidos. Es decir, no es una dieta equilibrada y, de seguirla, correrás el riesgo de sufrir un déficit nutricional.

Un huevo aporta cerca de 75 calorías. Lo que hace que, sumando las cuatro unidades repartidas a lo largo de las comidas y los alimentos hipocalóricos y sin apenas carbohidratos que los acompañan, no se cumplan, ni de lejos, las necesidades energéticas –entre 1.500 y 3.000 calorías diarias– que requiere una persona adulta. Un aspecto a tener en cuenta dado que, indica la experta, «la restricción calórica prolongada puede tener efectos muy nocivos para el organismo, como un descenso de la densidad mineral ósea o defectos en el funcionamiento del sistema inmune». Todo ello sin olvidar una sensación muy acusada de agotamiento.

Hay que ir poco a poco

La dieta del huevo duro está pensada para durar dos semanas y garantiza hacer que pierdas hasta una docena de kilos. Lo que, además de poco saludable, no parece demasiado eficiente pues es más que probable que al abandonarla se produzca un efecto rebote y esos kilos vuelvan. Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos recomiendan bajar un máximo de 0,5-1 kilos a la semana para evitar el temido efecto rebote. Por mucha urgencia que haya en perder peso, bajar 10 kilos en solo 15 días es excesivo e imposible de justificar desde una óptica saludable.

Es cierto que, como concluye Rocío el Pozo, «esta dieta tiene como punto positivo que promueve la ingesta de alimentos nutritivos mientras limita otros no tan saludables, como los ultraprocesados y los refrescos. Pero también es verdad que tanto unos como otros pueden incluirse y limitarse en un patrón de alimentación más equilibrado y sostenible que el que plantea esta dieta», concluye la experta.