Los riesgos de blanquearte los dientes con un kit casero: de quemaduras a infecciones

Nadie pone en duda que con una sonrisa bonita de dientes blancos se gana mucho, estéticamente hablando. Pero como en todo, la técnica es la base. Hoy en día, hacerse con un kit domiciliario para blanquear los dientes es tremendamente fácil. Los hay en cualquier plataforma de comercio electrónico: los más sencillos se presentan en polvo a base de carbón activado; los hay que incorporan un aparatito con luz LED y un pincel, otros con tiras recubiertas de gel y los que llegan más lejos incluyen una férula y jeringuillas con gel. Y sí, son métodos baratos para conseguir unos dientes blancos, pero pueden salir muy caros, porque los riesgos son elevados. Como explica la doctora Claudia Bustamante, odontóloga de la Clínica Dr. Carvajal en Oviedo, hay que fijarse en los siguientes factores:

• Férulas estándar. Los kits que venden en el mercado incluyen férulas estándar, y por tanto, al ser la misma para todos pueden no ajustarse correctamente, cuando es imprescindible que queden “como un guante en la superficie del diente. Al ser talla única puede no cubrirse toda la parte coronal, ni las encías ni las mucosas, las cuales pueden sufrir daños irreparables si están en contacto con los productos para realizar el blanqueamiento”, detalla la especialista. Además, las férulas tienen que realizarse a medida de cada paciente, bien ajustadas y recortadas al tamaño exacto, y para ello es imprescindible acudir a consulta, añade, por no hablar de los problemas de articulación mandibular que podría acarrear una férula única para cualquiera”.

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• Blanqueantes agresivos. El ingrediente activo debe ser elegido a conciencia por un profesional para su uso correcto, tanto para determinar la concentración como el tiempo, la frecuencia de uso y los dientes a tratar. “Si se utiliza uno comprado en cualquier sitio y el mismo para todos podrían producirse problemas muy graves a nivel dental y de mucosas”, prosigue la doctora Bustamante.
• Control de la composición. “Las composiciones de los blanqueamientos son variadas. Están el peróxido de hidrógeno, el peróxido de carbamida y alguno más. Todos ellos deben tener un uso estrictamente por parte de odontólogos, ya que utilizarlos sin protección a nivel de mucosas y de encías puede producir quemaduras, y la concentración elevada puede aumentar considerablemente la sensibilidad dental. Esto es así porque no todos los dientes son iguales en tamaño, espesor y estado de salud”, apunta la doctora.
• Tiempo de exposición. Corresponde al odontólogo elegir el tiempo de exposición y qué dientes deben tratarse, dependiendo del estado y salud de cada uno. “Hay que valorar igualmente las causas del color no deseado; no es lo mismo tratar dientes con tinción por medicamentos, por tratamiento endodónticos previos, por cambios hormonales, por falta de higiene, por protocolos prolongados o simplemente por tener un color oscuro que no se vea bien por el tono de piel, todo ello determina el tiempo de blanqueamiento a seguir. Además, a veces combinamos productos diferentes para un resultado natural y perfecto”.

Con dióxido de cloro, muy agresivos con el esmalte

El doctor Khaled Kasem, jefe de ortodoncia de Impress, cuenta que con un kit casero de talla única “es probable que el gel se derrame en la boca o la piel, provocando quemaduras químicas. Por eso es tan importante comprobar los ingredientes antes de comprar cualquier producto. Algunos kits vendidos por Internet contienen niveles peligrosos de peróxido de hidrógeno: mientras que el límite legal para los profesionales es del 6%, los kits blanqueadores sin receta no deben contener más del 0,1%”, apostilla el doctor Kasem. De hecho, un estudio realizado en 2021 descubrió que algunos kits contenían más de 300 veces la cantidad recomendada.

«Aunque la mayoría de los kits de blanqueamiento caseros contienen peróxido de hidrógeno, los hay con dióxido de cloro, que es el mismo ácido que se utiliza para limpiar piscinas. Así que sí, eliminará las manchas de los dientes para darles ese favorecedor tono blanco y brillante, pero también puede estropear el esmalte y dejar el diente expuesto, provocando daños irreparables.

Infecciones por exceso de sustancias químicas

“No hay nada más irritante que algo que se abre paso en un corte; de ahí que los ácidos y productos químicos como el dióxido de cloro puedan producir cortes y llagas en la encía, y si hay herida, seremos más vulnerables a las infecciones, ya que hay niveles altos de bacterias viviendo en la boca”, explican desde Impress.
Además, y aunque pueda sonar dramático, al aplicar productos químicos peligrosos es posible que se destruya el tejido de las encías, y en algún caso, que se pierda el diente. De la misma manera, si los productos químicos nocivos penetran en la superficie dental ésta se puede volver gris.

Lo barato puede salir caro

El bajo coste es, claramente, el motivo del éxito de los kits de blanqueamiento dental. Hay que tener en cuenta que, al acudir a una clínica, el precio más elevado está justificado. Como revela el doctor Kasem, “los profesionales creamos un protector diseñado específicamente para cada boca, de ahí que se encarezca el producto”, sin mencionar la valoración, diagnóstico y tratamiento realizados por profesionales en un entorno seguro como es una clínica dental.

En definitiva, es prioritario acudir a un profesional licenciado en odontología a la hora de hacerse un blanqueamiento dental. Si se hace correctamente, es una forma eficaz, segura y duradera (hasta 5 años) de mejorar la sonrisa, y como concluye la doctora Bustamante, de aportar juventud y belleza al rostro.