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Dos chicas tumbadas en el césped haciendo un picnic. / Imagen de halayalex en Freepik.

Cuerpo

El vientre hinchado no siempre es SIBO: otras causas de la tripa inflada después de comer

Existen diversas causas por las que se puede producir hinchazón abdominal, por lo que se recomienda acudir a un especialista si los síntomas no remiten.

Por Sara Flamenco

05 DE SEPTIEMBRE DE 2023 / 13:00

El SIBO está de moda. Es extraño decir que una enfermedad se ha puesto de moda, pero lo cierto es que, al aparecer ciertos testimonios en redes sociales que asocian la hinchazón abdominal con esta patología, son muchas las personas que han acudido al médico con la idea de que lo padecen. SIBO son las siglas en inglés para «small intestine bacterial overgrowth», que significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Este síndrome se describe como una excesiva presencia de bacterias en el intestino delgado que normalmente se encuentran en el intestino grueso y se asocia a síntomas tales como dispepsia, flatulencia, náuseas, hinchazón y dolor abdominal, fatiga, diarrea y estreñimiento.

En otras palabras, sí, el SIBO produce hinchazón abdominal, pero no es la única causa. Existen otras patologías que pueden provocar que, de un tiempo a esta parte, no puedas abrocharte tus vaqueros favoritos. Lo mejor, si los síntomas no remiten, es que acudas a tu médico de cabecera para identificar la causa y poder ponerle remedio, pero ve con la mente abierta. No todo es SIBO.

Infección por Helicobacter Pylori

La infección por Helicobacter Pylori es la causa más frecuente de gastritis y de úlcera en todo el mundo, aunque no todo el que la contrae desarrolla este tipo de problemas. En lo que sí coinciden la mayoría de personas que se infectan con esta bacteria es en la inflamación estomacal, que puede hacer que se hinche tu estómago. Pero no sólo eso, ya que Helicobacter Pylori también puede conducir a una serie de condiciones no digestivas, tales como migrañas, trastornos cardiovasculares y enfermedad de Raynaud, lo que representa un problemas de circulación en los pies y las manos. Esta bacteria también podría causar ansiedad y depresión debido a que reduce la producción de serotonina en el cerebro. ¿Y cómo se trata? Con antibióticos.

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Síndrome del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable es un trastorno frecuente que afecta al estómago y los intestinos. Provoca cólicos, dolor e hinchazón abdominal, gases y diarrea o estreñimiento (o ambos). Cuando nos referimos a la hinchazón relacionada con el intestino irritable, hablamos de un malestar abdominal que nos hace sentir llenos en muy poco tiempo, incluso aunque hayamos ingerido una cantidad escasa de alimento. Para aliviar los síntomas, es clave que acudas al médico para que te aconseje qué alimentación seguir, que será diferente para cada persona. En términos generales, suele venir bien una dieta pobre en grasa y rica en proteínas y fibra, se limitan los alimentos que puedan provocar una mayor cantidad de gases (col, legumbres, frutos secos, alcohol…) e incluso limitando la ingesta de gluten y lácteos.

Enfermedad de Crohn

Según la Clínica de la Universidad de Navarra, la enfermedad de Crohn es una afectación inflamatoria crónica y autoinmune del tubo digestivo, que evoluciona de modo recurrente con brotes. Entre sus principales síntomas destacan el dolor abdominal, la dispepsia, diarreas, fiebre, pérdida de peso… La inflamación que se produce como resultado de la enfermedad de Crohn puede afectar a distintas zonas del tracto digestivo según la persona, en la mayoría de los casos, el intestino delgado. No hay una cura conocida para la enfermedad de Crohn, pero existen terapias que pueden reducir considerablemente sus signos y síntomas, y que, incluso, pueden lograr una remisión a largo plazo y la desinflamación del intestino.

Enfermedad celíaca

La celiaquía o intolerancia al gluten es una reacción del sistema inmunitario al consumo de gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada, la avena y el centeno. La distensión abdominal es uno de los síntomas más comunes que experimentan las personas con enfermedad celíaca. Puede causar inflamación en el tracto digestivo, lo que puede provocar distensión abdominal y otros problemas digestivos como diarrea o estreñimiento, dolor abdominal, fatiga, náuseas o dolor de cabeza. Si se descubre que sufres intolerancia al gluten, deberás eliminar este nutriente de tu dieta durante varias semanas, ya que tarda un tiempo en eliminarse del organismo.

Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es causada por la malabsorción de lactosa. Si una persona tiene malabsorción de lactosa, su intestino delgado produce concentraciones bajas de lactasa, la enzima que descompone la lactosa, y no puede digerir toda la lactosa que come o bebe. Si la gente con intolerancia a la lactosa ingiere productos lácteos, la lactosa se deposita en sus intestinos y genera gases, dispepsia abdominal, retortijones abdominales, hinchazón y diarrea. Al igual que con la celiaquía, para evitar estos síntomas deberás eliminar la lactosa de tu dieta.

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Cómo evitar el vientre hinchado

¿Y qué ocurre cuando has acudido a un profesional y no tienes ninguna de estas enfermedades? Quizá tus hábitos de vida y/o alimenticios no sean los adecuados. Aquí tienes cinco pautas que puedes seguir para evitar la hinchazón abdominal y volver a recuperar tu vientre plano:

  1. Come despacio: como dicen los profesionales, el proceso de la digestión comienza en la boca, con la masticación y la salivación. Si comes rápido casi sin masticar la comida, obligas a tu estómago a realizar un mayor trabajo para descomponer los alimentos, por lo que la digestión tarda más.
  2. No te llenes: la comunicación entre el cerebro y el estómago no es instantánea y no notarás la sensación de saciedad hasta 20 minutos después de engullir el último bocado. Por tanto, lo mejor sería terminar de comer cuando aún sientes un poco de hambre, porque al cabo de un rato te sentirás saciada.
  3. Bebe agua: la hidratación es fundamental para evitar el vientre hinchado y la retención de líquidos. Si no bebes, el organismo va a retener todo el líquido posible como mecanismo de supervivencia, por lo que es importante beber al menos dos litros de agua al día.
  4. Haz ejercicio: cuando haces ejercicio o, al menos, dejas de lado el sedentarismo, el tránsito intestinal se moviliza, se eliminan líquidos y disminuye la hinchazón.
  5. Cuidado con la fibra: La fibra es necesaria, pero hay que tomarla en su justa medida, sin superar los 30 gramos diarios. Si se ingiere más pueden aparecer trastornos digestivos, diarreas y vientre hinchado debido a que la fibra no se digiere y se puede acumular.
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