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La sequedad ocular puede darse en la menopausia por los cambios hormonales./ Foto: Pexels.

SALUD HORMONAL

Síndrome del ojo seco y menopausia: cómo evitar la sequedad que no te deja ver con claridad

La sequedad en la menopausia no afecta solo a la mucosa genital: la disminución tanto de los estrógenos como de los andrógenos favorece la aparición en esta etapa del síndrome del ojo seco.

Por María Corisco

10 de enero de 2024 / 14:48

Cuando se habla de sequedad en la menopausia, se tiende a pensar en la zona vulvo-genital. Pero también los ojos pueden verse afectados por los cambios hormonales de esta etapa, en especial, por la disminución de los estrógenos. Es entonces cuando se corre más riesgo de sufrir el conocido como síndrome del ojo seco.

El ojo seco, explica el doctor Carlos Vergés, director del Instituto Oftalmológico Dexeus, “es una enfermedad que se caracteriza por una lágrima escasa y/o de mala calidad, lo cual ocasiona que la superficie ocular no esté bien lubrificada y, sobre todo, bien humidificada. Así, durante el tiempo que se mantienen los ojos abiertos entre cada parpadeo, la córnea y la conjuntiva quedan expuestas al aire directamente, lo que provoca que se resequen y se dañen sus células”. Es entonces cuando aparecen molestias, sobre todo la sensación de tener un cuerpo extraño o arenilla en los ojos, así como irritación o visión borrosa, especialmente cuando se fija la vista en el ordenador o en actividades como la lectura o la conducción.

Se trata de un problema más frecuente entre las mujeres a partir de la menopausia, debido a su estrecha relación con los cambios hormonales y la sequedad general de piel y mucosas características de este periodo.

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El papel de los estrógenos

En la relación entre menopausia y ojo seco tradicionalmente se ha estudiado el papel de los estrógenos, que disminuyen en esta etapa y pueden afectar a la función de las glándulas lagrimales y meibomianas:

  • Glándulas lagrimales. Son las responsables de producir lágrimas, esenciales para mantener la superficie del ojo lubricada y protegida. Los estrógenos pueden estimular directamente la producción de lágrimas e influir en su composición. De esta forma, pueden contribuir a la humectación adecuada de la superficie ocular y a mantener la película lagrimal en equilibrio.
  • Glándulas meibomianas. Estas glándulas se encuentran en los párpados y producen una sustancia grasa llamada sebo, que ayuda a prevenir la evaporación rápida de las lágrimas y contribuye a la estabilidad de la película lagrimal. Los estrógenos pueden estimular la producción de sebo, lo que contribuye a mantener las lágrimas en la superficie del ojo durante más tiempo.

Durante la menopausia, la disminución de los niveles de estrógeno puede resultar en una reducción de la estimulación hormonal sobre estas glándulas. Como consecuencia, la producción y la calidad de las lágrimas pueden disminuir, lo que lleva a la incomodidad y a los síntomas del síndrome de ojo seco.

La importancia desconocida de los andrógenos

Mientras que los estrógenos han sido históricamente considerados como los principales reguladores hormonales relacionados con la salud ocular, se ha reconocido cada vez más que los andrógenos también desempeñan una función importante. De hecho, cada vez se investiga más su papel en la aparición del síndrome de ojo seco, especialmente en mujeres durante la menopausia. Estas hormonas, que incluyen la testosterona y la dehidroepiandrosterona (DHEA), también tienen efectos en la producción y estabilidad de las lágrimas, y su declive podría contribuir al síndrome de ojo seco en mujeres posmenopáusicas.

  • Algunas investigaciones sugieren que los andrógenos pueden influir en la función de las glándulas meibomianas, que se encuentran en los párpados y producen la capa lipídica de la lágrima. La disfunción de estas glándulas puede conducir a una evaporación rápida de las lágrimas y contribuir al ojo seco.
  • Los estudios también han examinado el impacto de la terapia de reemplazo hormonal (TRH) en la salud ocular durante la menopausia. La TRH, que a menudo incluye la administración de estrógenos y a veces de andrógenos, ha sido objeto de investigación para evaluar su efecto en la prevención o el alivio de los síntomas de ojo seco.
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¿Cómo se trata?

Para abordar los síntomas de ojo seco durante la menopausia, es común utilizar lágrimas artificiales para mantener la superficie del ojo lubricada y aliviar la sequedad, así como geles o ungüentos oftálmicos. También se recomienda:

  • Parpadear con frecuencia.
  • Control ambiental. Evitar entornos con aire seco y con corrientes de aire, así como el uso de humidificadores en interiores, puede ayudar a mantener la humedad adecuada para los ojos.
  • Calor húmedo. La aplicación de compresas tibias y húmedas sobre los ojos puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la función de las glándulas meibomianas, que producen la capa lipídica de las lágrimas.

Pero hay otro tipo de medidas, señala el doctor Vergés: “Una de las cosas que se ha aprendido recientemente es que la enfermedad de ojo seco se relaciona de forma muy importante con los hábitos de vida y la alimentación. Sabemos que una dieta incorrecta (proinflamatoria), la falta de ejercicio, alteraciones del sueño y muy especialmente el estrés, pueden producir por si solos la aparición del ojo seco o agravarlo en los casos que ya se haya iniciado”.

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