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Tristeza navidad

Las expectativas demasiado altas e irreales que finalmente no se cumplen son una las causas que pueden provocar que en Navidad nos sentamos más triste. FOTO: Getty Images.

Mente

Estas son las causas por las que te sientes más triste en las Navidades, y así puedes evitarlo

El reencuentro con familiares que quieres evitar o el estrés financiero impiden que se cumplan tus altas expectativas sobre las fiestas, lo que puede hacer que te sientas desdichado.

Por Marcos López

17 DE DICIEMBRE DE 2024 / 17:06

Cuando menos en el imaginario popular, no existe época del año más fuertemente asociada a la felicidad que la navideña. En la que todo lo que acontece, desde el alumbrado callejero a las reuniones sociales o familiares, parece empujarte, cuando no directamente obligarte, a sentir una inmensa dicha. Pero son muchas las personas que llegadas estas fiestas experimentan una gran tristeza. Lo que es absolutamente normal.

La doctora Shannon Sauer-Zavala, especialista en Psicología Clínica y autora, entre otros libros de éxito, de Neuroticism: A New Framework for Emotional Disorders and Their Treatment, explica que “la temporada navideña es un torbellino de listas de tareas pendientes, obligaciones sociales y expectativas infinitas, por lo que es fácil sentir que priorizar tu salud mental significa quedarse atrás o decepcionar a los demás. Pero la verdad es que cuidar tu bienestar te hace más fuerte, más presente y mejor equipado para afrontarlo todo”.

Te contamos las razones por las que te sientes más desanimado cuando llegan las navidades y, más importante aún, qué hacer para remediarlo.

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Estás obligado a ser feliz

Las plataformas y canales televisivos cuentan con programaciones temáticas para las distintas épocas del año. Pero lo que sucede durante las Navidades resulta abrumador. Los telefilms, programas especiales y capítulos de series en torno a las navidades parecen no tener fin. Siempre con una algarabía y una felicidad que, de excesivas, pueden resultar empalagosas. Que parecen indicarle al espectador que, por extremadamente complejos que sean, todos los problemas se van a resolver por la magia de la Navidad. Más aún, que todo el mundo está obligado a sentirse feliz. Independientemente de sus circunstancias.

Tus expectativas son demasiado altas e irreales

Pero nadie vive en un telefilm, sino en un mundo real que resulta mucho menos amable. En el que por muy bien que vayan las cosas no hay una banda sonora de fondo con música de violines. Da igual. La programación televisiva, campañas comerciales e historias compartidas en redes sociales generan unas expectativas difícilmente alcanzables. Y toda comparación con este “perfeccionismo navideño”, aun irreal, puede ser causa de ansiedad, frustración y tristeza.

En este caso, el remedio es muy sencillo. Basta con salir a la calle y comprobar que no todo el mundo luce una deslumbrante sonrisa. Como indica Gauri Badola, psicóloga clínica, “hay que ser consciente de que las navidades perfectas no existen y que no hay ningún problema en que las cosas no salgan exactamente como se habían planeado”.

Reuniones familiares: no sientes algarabía, sino agobio

Las navidades son igualmente una época típica para los reencuentros familiares. También con aquellos miembros que, un año más, te harán la vida imposible. Lo que además de generarte ansiedad puede arruinar toda posible felicidad con tus seres realmente queridos. El resultado es que, aun en compañía, puedes sentirte solo y desdichado. Como refiere Gauri Badola, “incluso en las personas que van a reunirse con su familia puede haber un estrés emocional asociado con los conflictos o las dinámicas familiares que pueden hacerles sentir emocionalmente aislados”.

Sin embargo, no estás obligado a pasar por este mal trago. Por muchas malas caras con las que te vayan a castigar tus familiares. La doctora Sauer-Zavala destaca que “es necesario poner límites. No hay ningún problema en decir no a aquellas cosas que te superan. Proteger tu tiempo y energía no es egoísmo, sino que es necesario”. Y llegado el caso, busca el apoyo en las personas que te importan. “Ponte en contacto con tus amigos y tus seres verdaderamente queridos, incluso si es a través de medios virtuales”, indica Gauri Badiola.

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Todo el mundo espera un regalo (muy) caro

No se trata sólo de tus (altas) expectativas. Todo el mundo las tiene. También quien espera un regalo de tu parte que, por supuesto, tiene que dejarlo boquiabierto. Un gasto que se sumará a otros muchos que, caso de los derivados de tantas cenas y viajes, te generan un notable estrés financiero. Y no puede haber dicha cuando impera la ansiedad.

Recuerda: nadie está obligado a tener que sentirse feliz por decreto. Tampoco a encontrarse con quien no quiere ni a dejarse el sueldo para complacer a los demás. Tienes que “centrarte en tus prioridades. No tienes obligación de hacerlo todo. Elige aquello que se alinea con tus valores y prescinde del resto”, destaca la doctora Sauer-Zavala a la vez que incide en la “importancia del autocuidado, que no es darse un baño caliente o salir a cenar, sino todo aquello que te ayuda a recargarte. Ya sea pasar tiempo, o no, con tu familia o desconectarte de las pantallas”. ¡Feliz Navidad!

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