
Para memorizar y retener, la clave es la información activa. FOTO: Gambito de Dama
MENTE
Qué es el efecto generación y cómo te ayuda a fortalecer la memoria esencial
Si quieres fortalecer tu memoria esencial, ten en cuenta que se recuerda mucho mejor aquello que creas o elaboras por ti mismo que lo que simplemente lees o escuchas.
Por María Corisco
28 DE MAYO DE 2025 / 07:30
¿Cuántas veces te dijeron en el colegio que hicieras esquemas y resúmenes para retener mejor la información de un tema? ¿O que crearas historias y asociaciones para recordar con más detalles aquello que estabas estudiando? Es posible que, ahora, seas tú quien aconsejes estos trucos, porque viste que daban resultado. Sin darte cuenta, estás poniendo a prueba el llamado efecto generación.
Este efecto, bien conocido en el ámbito psicológico y pedagógico, muestra cómo «el proceso de generar o producir una respuesta o información de manera activa mejora la memoria y el recuerdo de esa información, en comparación con si solo la recibimos de manera pasiva», señala la psicóloga Esther Cantos. En términos simples, las personas tienden a recordar mejor lo que crean o elaboran por sí mismas, que lo que solo leen o escuchan. Y, más simple aún, el corta-pega es uno de los mayores enemigos de la memoria.


Para entender cómo el efecto generación puede ser una poderosa herramienta para mejorar la memoria esencial, hay que partir de una idea: ya que implica el uso activo del cerebro al crear o generar información en lugar de simplemente recibirla, también «implica un esfuerzo cognitivo, que fortalece las conexiones neuronales y facilita el recuerdo».
- Implica esfuerzo cognitivo. «Tu cerebro tiene que hacer un esfuerzo consciente para recuperar, organizar y reformular la información. Cuando generas respuestas, ejemplos o explicaciones, el cerebro procesa la información de manera más profunda, lo que fomenta una comprensión real en lugar de una simple memorización superficial», explica la experta
- Promueve la participación. Al usar el efecto generación haciéndote preguntas, resolviendo problemas o explicando conceptos, participas activamente en el proceso de aprendizaje. Es decir, te involucras.
- Refuerza las conexiones neuronales. Generar ideas o respuestas fortalece las conexiones neuronales, y esto va a facilitar el acceso a la información a largo plazo. De alguna manera, el cerebro está construyendo un camino neuronal más firme para recuperar la información.
- Facilita la autoevaluación y el ajuste. Además, aprender de esta manera te va a ayudar a que te des cuenta de qué conceptos comprenden bien y cuáles necesitan repasar o reforzar. «Esta autoevaluación consciente es fundamental para un aprendizaje efectivo y es una de las razones por las que el efecto de generación se considera una herramienta de aprendizaje activo».
Se trata de poner a trabajar al cerebro, de no buscar atajos sino de construir rutas de acceso a a la información. Con ello activas el procesamiento profundo, es decir, analizas y manipulas la información en lugar de almacenarla sin más. «Este procesamiento profundo fortalece las rutas neuronales asociadas con esa información, facilitando su acceso en el futuro. Además, la generación de contenido personal permite al cerebro vincular la nueva información con conocimientos previos, creando conexiones que también facilitan el recuerdo», señala la experta.
Así puedes practicar el efecto generación
- Estudio activo en lugar de lectura pasiva. En lugar de leer un texto repetidamente, intentar crear resúmenes, diagramas o mapas conceptuales. Esta generación de contenido fuerza a tu cerebro a procesar la información de manera profunda y te ayuda a consolidarla en la memoria a largo plazo.
- Auto-preguntas y respuestas. Cuando te haces preguntas sobre lo que estás trabajando e intentas responderlas, vas procesando la información de forma más profunda. Por ejemplo, en vez de solo leer sobre un tema, formular tus propias preguntas o simular un quiz personal ayuda a que tu cerebro trabaje activamente en la recuperación de los datos.
- Explica en voz alta lo aprendido. Búscate un sparring y explícale en voz alta los conceptos que quieres recordar. Es especialmente útil, porque requiere traducir el conocimiento a tus propias palabras. Este proceso refuerza la memoria y permite identificar lagunas en el conocimiento, y esto te va a ayudar a una comprensión más sólida.
- Usar técnicas como «ensayo espaciado» y «autoexplicación». Técnicas como el ensayo espaciado (revisar la información en intervalos de tiempo) y la autoexplicación (explicarse a uno mismo cada idea) son excelentes formas de aplicar el efecto de generación. Ambas requieren recordar y volver a producir la información, lo que mejora significativamente la retención.
- Resuelve problemas o ejercicios prácticos. Es todo un clásico, pero funciona. Cuando aprendes temas que requieren solución de problemas (como matemáticas o ciencias), intentar resolver ejercicios por cuenta propia obliga a tu cerebro a generar soluciones de forma activa, y esto facilita una comprensión más profunda y un mejor recuerdo.
- Asociar conceptos a experiencias o ejemplos propios. A veces hay que bajar a la tierra determinados conceptos, y adaptarlos a situaciones que ya conoces. Cuando generas tus propios ejemplos o haces asociaciones personales con lo que estás aprendiendo estás facilitando su anclaje en la memoria.
- Crear mnemotecnias y acrónimos. Es otra táctica clásica. Se trata de crear mnemotecnias, acrónimos o historias para recordar datos, y con ello activas el efecto de generación, ya que te estás forzando a transformar información y reorganizarla de una forma que tenga sentido para ti.
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