Es importante identificar las estrategias de las personas manipuladoras. Foto: Fotograma de "Nueve perfectos desconocidos".
MENTE
Qué es la psicología oscura y cómo puedes evitar que la usen contra ti
Quienes la practican saben cómo manipular, controlar y dar la vuelta a las situaciones para beneficiarse. Descubre sus tácticas y protégete.
Por María Corisco
13 DE AGOSTO DE 2024 / 08:19
Todo el mundo ha tenido cerca a una persona manipuladora, a alguien que se vale de tretas y artimañas para conseguir que los demás actúen de una u otra manera, a un conocido que identifica las vulnerabilidades ajenas y las utiliza en provecho propio. Se trata de personas que buscan influir o controlar a los demás de manera perjudicial o explotadora, generalmente sin que la víctima se dé cuenta de ello. Son expertos en lo que se conoce como psicología oscura.
Detrás de este concepto, explica la psicóloga Esther Cantos, hay “aspectos relacionados con el uso del poder, el control y la manipulación de otros para alcanzar objetivos personales”, y añade que la psicología oscura “explora los aspectos más sombríos del comportamiento humano, centrando su atención en cómo y por qué las personas manipulan, engañan o controlan a otros”.
Siete ejemplos de psicología oscura
No es solo en política o en contextos delictivos. Las técnicas de psicología oscura también pueden manifestarse en una variedad de situaciones cotidianas y en diferentes tipos de relaciones.
- Gaslighting (manipulación de la realidad). Un ejemplo perfecto es el de la película Luz de gas, que explora el modo en que una persona puede hacer que otra dude de su memoria o percepción de la realidad. “En una relación de pareja, uno de los miembros constantemente niega haber dicho o hecho cosas que realmente sucedieron, o minimiza sus acciones, diciendo frases como «estás exagerando» o «te lo estás imaginando», haciendo que la otra persona cuestione su cordura. Con ello, la víctima comienza a dudar de sí misma, de su memoria y percepción, volviéndose dependiente del manipulador para interpretar la realidad.
- Triangulación. En este caso se busca involucrar a una tercera persona para manipular o controlar a otra. “En el lugar de trabajo, por ejemplo, un jefe puede hablar mal de un empleado a otros compañeros de trabajo para generar discordia y competir por su favor, controlando así las dinámicas del grupo. Este “divide y vencerás” crea conflictos y desconfianza entre las personas involucradas, mientras el manipulador mantiene el control.
- Chantaje emocional. Con él se apela a la culpa para obtener algo de alguien. Por ejemplo, cuando un padre dice a su hijo: «Si realmente me amaras, harías lo que te pido» para obligarlo a cumplir con sus deseos. De esta forma, “la persona chantajeada se siente culpable y manipulada para actuar de una manera que no desea realmente”.
- Técnicas de seducción y encanto superficial. Se basan en usar el carisma o el atractivo para ganar la confianza de alguien y luego explotarla. Así, cuando “un vendedor utiliza su encanto y poder de seducción para hacer que los clientes se sientan especiales y confiados, solo para venderles productos innecesarios o sobrevalorados. Con ello logra que la persona pueda tomar decisiones perjudiciales basadas en una falsa sensación de conexión o confianza.
- Proyección de culpa. Todo un clásico, que consiste en atribuir a otros los propios defectos o errores. Por ejemplo, en una discusión una persona acusa a su pareja de ser deshonesta, cuando en realidad es al contrario. De esta forma, desvía la atención de sus propias acciones y culpabiliza a la víctima, generando confusión e indefensión.
- Aislamiento. El manipulador utiliza sus tácticas para separar a la víctima de su red de apoyo y recursos. Sucede en muchas parejas, pero también en el ámbito de la amistad, como cuando un amigo manipula a otro para que deje de pasar tiempo con su familia o amigos, diciéndole que «no te entienden como yo». Con ello consigue que la persona aislada se vuelva más dependiente y pierda perspectiva y apoyo externo.
- Victimización inversa. Mediante esta táctica, el manipulador se presenta como la víctima en situaciones donde en realidad ha causado daño. Por ejemplo, una persona que ha sido infiel acusa a su pareja de no brindarle suficiente atención, presentándose como la víctima de la situación. Es la forma de desviar la culpa y de hacer que la verdadera víctima se sienta culpable o responsable de los problemas.
Cómo defenderse de la psicología oscura
“Las técnicas de psicología oscura pueden infiltrarse en la vida cotidiana y en las relaciones, afectando negativamente la salud emocional y mental de las personas involucradas. Es crucial reconocer estos comportamientos para poder establecer límites saludables y protegerse del daño psicológico”. Para ello, apunta los siguientes consejos:
- Toma de conciencia. Es importante familiarizarse con las técnicas más frecuentes de manipulación, como el juego de la culpa o la triangulación, para identificarlas cuando se usan contra ti.
- Desarrollo de la autoestima y autoconfianza. “Confía en tus percepciones y sentimientos. Si alguien intenta hacerte dudar de tu memoria o percepción, recuerda tus experiencias y mantén tu perspectiva. Las personas con alta autoestima son menos vulnerables a la manipulación porque están menos ansiosas por buscar la aprobación externa o complacer a otros”.
- Pon límites. Los manipuladores suelen poner a prueba los límites de los demás para ver hasta dónde pueden controlar. “Es importante que definas y comuniques tus límites personales. Y que desarrolles la habilidad de decir no sin sentirte culpable».
- Estate atento a las señales de alerta. Confía en tu intuición. “Si te sientes incómodo o inseguro en una relación o situación, es una señal para evaluar más a fondo lo que está ocurriendo. Y si te sientes constantemente culpable o responsable de los problemas de otra persona podría ser una señal de manipulación”.
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