Mente
_Los secretos de las parejas duraderas para no divorciarse y ser felices para siempre
La responsabilidad afectiva es básico para que una relación funcione./ Foto: Unsplash.
Salud mental
Para poder cuidar hay que autocuidarse. Para poder amar, hay que respetar, calibrando bien lo que se dice y cómo se dice. Así funciona la responsabilidad afectiva en pareja.
9 de mayo de 2023 / 06:40
Los términos ghosting (marcharse sin explicación), benching (ir retirándose se la escena de manera gradual, incluso silenciosamente) y breadcrumbing (dar migajas para mantener el interés de la otra persona egoístamente) están a la orden del día y son claros ejemplos de lo que es la falta de responsabilidad afectiva, o lo que es lo mismo, tener en cuenta las necesidades emocionales de la otra persona.
Al igual que esos términos son lo opuesto a responsabilidad afectiva, también lo es descuidar las necesidades de uno por priorizar las del otro o volverse dependiente del otro. Dicho esto, veamos en qué consiste este término entendido como un pilar básico en cualquier relación sana y equilibrada y cuáles son las claves para desarrollarlo.
¿Quién nos enseña a relacionarnos de una manera sana? ¿Deberíamos aprender a hacerlo con responsabilidad como una asignatura más? ¿Depende solo de lo que aprendamos en el entorno familiar? Aprender a tratarnos con ecuanimidad y hacernos cargo de las actitudes propias frente al otro se muestra como primordial en cualquier sociedad civilizada. De hecho, cada vez se atiende más a la importancia de una buena gestión emocional y se buscan soluciones empáticas a los problemas interpersonales. Aunque no siempre fue así.
Parece razonable pensar que tus acciones, tus actitudes y tus decisiones afectan a tu entorno y, por supuesto, a tu pareja. Por otra parte, reconocer las emociones del otro y atenderlas es la otra cara del concepto. En eso consiste la responsabilidad afectiva, un término que se acuñó en los años 80 (haciendo referencia al auge de las relaciones poliamorosas). Hoy, en la era del ghosting, vuelve a ponerse de moda pero en realidad, no es un concepto novedoso. De hecho, ser responsable con los vínculos creados en pareja (pero también en cualquier tipo de relación), es decir, atenderlos, cuidarlos y saber calibrar nuestras actitudes frente al otro, es el ABC de cualquier relación, aunque las connotaciones actuales son muy diferentes a las de la generación anterior.
Ser responsable a nivel afectivo comienza por saber gestionar las emociones de uno mismo. En una relación de pareja no solo se contempla el agravio o trato irresponsable por parte del otro, sino en tener cuenta la propia responsabilidad en tanto en cuanto sabemos gestionar las emociones.
Con gestión emocional también se incluye la capacidad de encajar las reacciones del otro, intentando que las emociones no desborden. Así, transmitir lo que uno quiere, con asertividad, independientemente de la reacción del otro, también es responsabilidad afectiva.
Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de pareja la responsabilidad afectiva descansa en tres pilares fundamentales:
Todo lo anterior se consigue al desarrollar la inteligencia emocional y el respeto interpersonal.
¿Cómo vamos a identificar la necesidad de cuidado del otro si no somos capaces de autocuidarnos? Se trata de hacernos cargo de nosotros mismos para poder cuidar la relación con el otro. Marilyn Monroe dijo en una ocasión: «La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie». Y en eso consiste ponerse en el primer lugar como única fórmula de éxito para ser capaces de darse a los demás.
Desde pequeños nos enseñan a ser responsables con los deberes, ser buen compañero, buen hermano… Pero esto también implica autoconocerse, hacerse cargo de las propias emociones, no culpar al otro ni autoinculparse de manera automática. Hay que saber identificarlas y no reaccionar ante cualquier actitud del otro que puede dolernos. Con la pareja ocurre lo mismo, por eso es tan importante generar acuerdos y hacer que el encuentro y la comunicación sean claves.
¿Qué es importante para mí? ¿Por qué me siento ansioso, celoso o enfadado? Despertar una mirada consciente, observarse y reservarse un espacio para desarrollar una escucha interna es el primer paso. El segundo será comunicarlo de manera asertiva y poner ciertos límites con respeto para generar vínculos más fuertes. Esto será un síntoma de que sabemos lo que queremos de nosotros mismos y del otro. Lo contrario se convierte en exigencia hacia el otro.
Con la responsabilidad afectiva se produce más libertad interna y menos sufrimiento. Cuando puedes hacerte cargo de lo que te ocurre, puedes entender mejor a la otra persona.
OTROS TEMAS WELIFE
WeLife hoy
Verduras al vaporInsomnio en otoñoMasaje de cabezaParejas duraderasUn orgasmo a la semanaMente
_Los secretos de las parejas duraderas para no divorciarse y ser felices para siempre
CUERPO
_Estas son las vitaminas y los nutrientes clave para mejorar la salud de tus huesos
Salud Mental
_Qué es la indefensión aprendida y cómo puede afectarte en tus relaciones
Ejercicio
_Método Kaoru: el ejercicio japonés que combina yoga y pilates para bajar de peso y fortalecer tus defensas
Mente
_Con estos juegos fáciles para activar la memoria conseguirás acordarte de todo cada día
Siguenos :)