Cómo vencer tus inseguridades: trucos fáciles para dejar de tener miedo (y que no te impida conseguir lo que te propones)

Dicen que los niños no tienen miedo. Eso, que a primera vista parece envidiable, también nos puede acarrear consecuencias no deseadas al no temer los peligros. En realidad, el miedo es una emoción protectora. Nos advierte del peligro. Sin embargo, los miedos pueden ser también limitantes. Para saber cómo afrontarlos, preguntamos a Andrea Linati, coach y terapeuta holística, autora también de ponencias, entre las que destaca una en TEDx, en la Universidad Europea de Madrid.

Especializada en en terapia individual y en coaching empresarial, Andrea Linati sabe mucho de los miedos que nos pueden llegar a paralizar. Para tratarlos, realiza terapia en Reprogramación del inconsciente, Sanación emocional y psicosomática para lograr una mente y una autoestima más fuertes. Entre sus pacientes reconoce que los miedos son una constante. Ella nos explica cómo superarlos en seis pasos.

Qué es el miedo

Andrea Linati explica que “el miedo es la sensación de angustia y de desconfianza por la creencia de un peligro real o imaginario”. Esta potente sensación tiene dos caras, una positiva y otra negativa. “La parte útil es el hecho de funcionar como una alerta para prevenir un posible dolor o muerte del cuerpo físico”, recalca la experta. Por otra parte, la coach subraya que “genera niveles de estrés mucho más elevados de lo necesario. Ya sea porque nuestro cerebro predice muy mal el futuro o porque añade mucho más sufrimiento de lo que el dolor en sí es”.

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Aunque parece que en la infancia no tenemos tanto miedo, en realidad, “hay muchos miedos en todas las etapas”, señala Linati. De niños “hay menos conciencia de los peligros al cuerpo físico porque no has experimentado tanto los límites de tu cuerpo, no tienes responsabilidades ajenas y la recuperación es rápida”. Sin embargo, “a medida que te haces mayor, esto cambia y el miedo a la enfermedad, el dolor y la muerte se acrecientan”.

Por qué el miedo nos limita

Hasta aquí queda claro que la sensación de miedo puede llegar a protegernos y a advertirnos de amenazas. Por eso, la coach apunta que “todos los miedos son limitantes, excepto los funcionales, comunes para todos los humanos que nos alertan de un peligro real”. Saber si tus miedos lo son o no, sería el primer paso para ver la necesidad de afrontarlos y evitar que limiten tu vida.

Con todo, Linati advierte de que “aunque no lo parezcan, los miedos te han condicionado. Interpretas la vida, las situaciones y has tomado decisiones en base a miedos”.

Para comprobarlo, la experta anima a imaginar “por un instante tu vida, sin que jamás hubiera existido el qué pensarán, sin que existiera el qué esperaba mi familia, sin que te preocuparan los resultados de tu trabajo o estudios, sin que existiera la posibilidad de enfermar…”. Igual no sería exactamente como es. Eso, precisamente, muestra cómo los temores pueden llegar a supeditar tu vida.

Qué tipo de miedo sientes

No todos los miedos son iguales. Como hemos dejado claro, están los funcionales, que nos advierten de peligro y nos puede ser muy útiles. Pero hay muchos más. Estarían también los miedos sociales. Esos que tienen que ver con “el qué dirán, al fracaso, a exponerse, a relacionarse, hablar en público…”, recuerda Linati.

Además, son muy frecuentes –e incapacitantes– los miedos relacionales. Entre ellos, destaca “el miedo al rechazo, a la humillación, abandono, sepraración, miedo a la soledad, al compromiso, a la traición…”.

Por otro lado, la experta recuerda otros miedos que suelen estar bastante generalizados, como el miedo a las enfermedades, a la muerte, al fracaso o las fobias a determinados animales o escenarios que pueden ocurrir en nuestras vida, como a volar, a conducir…

Herramientas para para superar nuestros miedos

La experta señala que hay tres herramientas fundamentales que podemos usar para superar nuestros miedos: “la exposición imaginaria a ese miedo, el educar a nuestra mente y, por último, la exposición real”.

Con ellas podemos comenzar a afrontar nuestros temores para conseguir vencerlos. Pero Linati también recuerda que “hay miedos patológicos, fobias y otros muy irracionales en los que necesitamos acompañamiento profesional para poder gestionarlos y superarlos”.

Pasos para controlar nuestros miedos

Le preguntamos a Andrea Linati qué pasos a seguir se pueden seguir para controlar nuestros miedos. Para ello, propone “el ejercicio más sencillo y potente para hacer en casa, que sería practicar meterse en ese miedo figuradamente, siguiente estos seis pasos”.

Experiméntalo. Para lograrlo, sugiere “experimentar de manera imaginaria. Métete en una situación como si fuera real, ve lo que verías, siente lo que crees que sentirías y permanece ahí y respira un rato”. Luego, la experta recomienda hacerte una pregunta: «¿qué es lo peor que podría pasar ahora?»

Recuerda tus herramientas. Una vez llegues al punto de sentir el miedo, con la respiración puedes empezar a controlar sus efectos. “Siéntelo y respira. Ríndete a la experiencia y respira”, recomienda Linati. Además, explica que “tu cerebro inmediatamente al experimentar ya la situación y ver que tiene recursos, se calma”.

¿Qué puedo hacer? La experta recomienda como siguiente paso preguntarte a ti mismo: «¿Hay algo que pueda hacer a día de hoy?». Y aclara: “Es muy útil ver que muchas veces podemos ya usar esos recursos y no esperar a una situación difícil de gestionar”.

Piensa. Para avanzar en la superación del miedo, la coach anima a “reflexionar sobre que si, en realidad, lo que aparentemente podía ser muy malo tiene cosas buenas. Siempre las hay y ayuda mucho ver que toda experiencia trae aprendizajes y aspectos positivos”.

Educa tu mente. El siguiente paso sería educar nuestra mente. “Aquí recomiendo encarecidamente repetir esta frase cada vez que seamos conscientes: «me perdono por darle poder a este miedo, no es real y no estoy sujeto a ello. Tal como lo inventé, lo puedo soltar”, sugiere.

Exponte al miedo. El último paso sería practicar la exposición diaria y paulatina a un miedo en concreto. “Cuanto más huyes de él, más tu cerebro lo va a magnificar. De manera controlada, puedes exponerte un poco cada día y verás que después de varios días tu cerebro deja de otorgarle poder”, explica la experta.