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Prolongar en demasía el sueño durante el fin de semana aumenta el riesgo de alteración del ritmo circadiano. FOTO: Unsplash.
Sueño
Más por necesidad que por deseo, muchas personas duermen hasta tarde sábados y domingos buscando compensar la falta de sueño entre semana. Pero no funciona. Lo importante es descansar bien todos los días.
Por Marcos López
04 DE OCTUBRE DE 2024 / 07:52
Da igual que tu jornada de trabajo haya sido agotadora, que tu rutina de ejercicio haya consumido las pocas energías que te quedaban y que, en definitiva, estés para el arrastre. Por mucho cansancio que sientas, te resistes a meterte en la cama. Como acostumbras a hacer todos los días entre semana. Piensas en que ya llegarán el sábado y el domingo y podrás, por fin, hacer oídos sordos al maldito despertador. Quedarte en la cama hasta las tantas y recuperar las (muchas) horas de sueño perdido. Lo que es un error: no sólo no va a funcionar, sino que acabará resultando muy perjudicial para tu salud.
El doctor Ryan Kennedy, especialista en Nutrición Clínica y autor de The Ultimate Guide To A Healthy And High Quality Life, explica que “si bien la tentación de recuperar la deuda de sueño durante el fin de semana es fuerte, resistirse a ella conducirá en última instancia a una semana más productiva y satisfactoria”.
Todos los seres vivos tienen un reloj interno, el consabido ciclo circadiano, que en un ciclo de 24 horas les marca sus periodos de vigilia y descanso. Cuándo tienen que estar despiertos y cuándo tienen que dormir. Y es muy importante que el organismo siga los dictados de este reloj para que funcione adecuadamente. No vale, tal y como ocurre con las comidas, dormir cada día a en un horario diferente. El cuerpo necesita regularidad. Así que toca irse a la cama, y levantarse, siempre a la misma hora. Sea lunes o domingo.
Como incide el doctor Kennedy, “el atractivo de dormir hasta tarde el sábado y el domingo tras una semana ajetreada es innegable, pero permitirse un horario de sueño significativamente alterado puede trastocar el ritmo circadiano natural del cuerpo, lo que lleva a un fenómeno conocido como jet lag o desfase horario social”.
Concretamente, este jet lag social se refiere a las discrepancias horarias que existen en la realización de actividades entre los días laborables y los de asueto. Por ejemplo, acostarse siempre temprano las noches previas a una jornada laboral y pernoctar hasta muy tarde los sábados. Ajustarse en la medida de lo posible al reloj biológico interno durante la semana laboral para, concluida ésta, mandarlo a paseo. Pero cuidado: toda alteración del ciclo circadiano acaba teniendo consecuencias devastadoras para la salud. También el referido jet lag social, como ha demostrado la Universidad Erasmo de Róterdam.
Pero no se trata sólo de tener un horario de sueño regular. También hay que dormir las horas necesarias. Entre siete y nueve horas. Todos los días. Nunca menos de seis horas, lo que a la larga se cobra su peaje en forma de múltiples enfermedades, entre otras las de tipo cardiovascular.
Pero tu agenda laboral, social y familiar es muy exigente. No paras de acumular deudas de sueño que esperas pagar de golpe con la llegada del fin de semana. Lo que, sencillamente, no va a pasar. El sueño perdido no se recupera, tal y como mostró un estudio en el que un joven de 17 años, tras permanecer despierto durante 264 horas –o lo que es lo mismo, 11 días–, sólo fue capaz de dormir del tirón 14 horas.
Sin embargo, el Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares de Pekín acaba de publicar un estudio que concluye que, comparadas frente a aquellas que no lo hacen, las personas que se dan atracones de sueño los fines de semana tiene un riesgo hasta un 19% menor de desarrollar una patología cardiovascular y, por ende, de sufrir un infarto o un ictus. Lo que sin duda alguna es muy positivo. Pero insuficiente. Recuerda: los importante es disfrutar de un descanso de calidad a diario. Evitar los efectos nocivos de la acumulación de horas de sueño, no tratar de compensarlos con un atracón.
No importa. La semana ha sido (muy) dura y, amanecido el sábado, no puedes con tu alma. Así que más por necesidad que por deseo, prolongas tu sueño. Aunque muchas de las horas que le has ido negando a Morfeo se vayan a quedar en el limbo.
Pero tampoco hay que pasarse. Cuando te levantas más de una hora más tarde de lo que lo haces habitualmente entre semana estás aumentando, y mucho, el riesgo de alterar tu ritmo circadiano. Como concluye el doctor Kennedy, “dar prioridad a un horario de sueño constante, incluso los fines de semana, es una inversión en tu salud y bienestar general”.
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