
Revalorizar el descanso y disfrutar de los pequeños momentos nos permiten recobrar fuerzas y serenidad. FOTO: Getty Images.
MENTE
Cómo dar vacaciones a tu mente y desconectar de verdad según un experto en crecimiento personal
Permitir que nuestra mente divague es una forma poderosa de recargar energía. Esto no significa estar aburrido (aunque, ¿por qué no?), sino disfrutar del proceso de desconexión sin interferencias.
Por Carol López
17 DE ABRIL DE 2025 / 08:30
Ya falta menos para reencontrarnos –por fin– con uno de los objetos (o lugares) que más instantes de placer nos deparan. De placer del bueno, del auténtico, del de verdad. De desconexión, de ensimismamiento, de deleite, de dolce far niente… Del privilegio de poder poner la mente en blanco en un mundo que nos exige constantemente productividad y actividad.
No imagines un lujoso apartamento, ni un hotel boutique, ni un SPA de cinco estrellas. El lugar del que hablamos apenas mide 90 x 180 centímetros. Es un fino pedazo de algodón o felpa –a veces desgastado después de años de compañía– que, para muchos, representa la idea de relax en su estado más pletórico: nuestra toalla de vacaciones.


Por humilde que parezca, la toalla que nos acompaña a la playa, a la piscina o a la montaña puede dar para mucho… mentalmente hablando. Es un artefacto a la medida de los verdaderos cambios de mentalidad, pues induce a la calma y a la desconexión más que el fármaco más potente. La toalla «invita a revalorizar el descanso y a disfrutar de la simplicidad de los pequeños momentos que nos permiten recobrar fuerzas y serenidad», dice el experto en crecimiento personal Allan Percy en El libro de la toalla. Vacaciones mentales para inspirar tu vida. Porque incluso para desconectar hay que conectar: «Conectar con la idea de descanso», añade.
El descanso como una necesidad natural
Percy compara el descanso con el acto de secarse con una toalla después de un baño. Así como la toalla absorbe el agua, nuestro cuerpo y mente necesitan absorber el descanso para poder funcionar correctamente. Según Percy, «desconectar debería ser un gesto tan natural como tomarse un respiro después de un esfuerzo físico». El descanso no es un lujo, sino una necesidad para el equilibrio emocional y mental. Este descanso puede ser físico, pero también emocional: «La pausa emocional ayuda a dar espacio a las emociones, evitando que se acumulen o nos lleven a reacciones impulsivas», dice Percy. Para hacerlo, basta algo tan simple como parar por unos minutos, respirar profundamente y permitirnos sentir lo que estamos experimentando sin juzgarnos.
El poder del no hacer nada
Una de las formas más efectivas de desconectar es permitirte el lujo de no hacer nada. «Muchas veces estamos tan centrados en hacer tareas y ser productivos que olvidamos que el descanso también es necesario para el bienestar. Permitir que nuestra mente divague, sin un objetivo o tarea específicos, puede ser una forma poderosa de recargar energía. Esto no significa estar aburrido (aunque, ¿por qué no?), sino dejar que el tiempo pase sin expectativas», dice Percy.
El contacto con la naturaleza –sin prisas, sin mirar el reloj o el móvil–, poner énfasis en disfrutar de los pequeños placeres cotidianos, la respiración consciente y la desconexión tecnológica son formas que funcionan y que todos conocemos que «ayudan a reducir los niveles de ansiedad, desconectar de la sensación de urgencia que suele gobernar nuestro día a día y alejarnos de los pensamientos rumiantes», dice Percy. Y él, además, añade otras:
El uso consciente del tiempo libre
Muchas veces usamos nuestro tiempo libre para seguir ocupados en actividades que, en lugar de relajarnos, nos generan más estrés, como ver series interminables, revisar redes sociales o responder correos electrónicos. En su lugar, el autor sugiere aprovechar el tiempo libre para realizar actividades que realmente nos conecten con nosotros mismos, como pintar, escribir, hacer ejercicio o simplemente disfrutar de un buen momento en solitario.
Aceptar la imperfección
A veces, el estrés proviene de querer hacer todo de manera perfecta. Aceptar que no siempre podemos ser productivos o tener el control total y aceptar la imperfección de nuestras vidas y nuestros procesos nos permite relajarnos y vivir sin la presión constante de ser excelentes en todo lo que hacemos.
Allan Percy utiliza una estructura de 99 capítulos para ofrecer pequeñas dosis de sabiduría y reflexión. Cada capítulo es un mini-ensayo breve sobre el arte de relajarse, la desconexión y el bienestar. Y ojo, que son 99 y no 100… Una invitación implícita a disfrutar del proceso de desconexión sin la presión de alcanzar la perfección o el control total. No hace falta llegar a 100. Está bien no llegar a todo: el disfrute de la vida no se mide por la productividad, sino por las sensaciones de placer y bienestar.
- TEMAS
- DESCONECTA
WeLife hoy
Mantener calmaKit supervivenciaCremas estrógenosEscribir a manoChirimoyaSiguenos :)