Por mucho que se defienda en las redes sociales, el alcohol no evitará que enfermes por comer algo en mal estado. FOTO: Getty Images.
Alimentación
Por qué es un error beber alcohol para contrarrestar una intoxicación alimentaria
El alcohol merma tus defensas y te deshidrata, por lo que te hace más propenso a las infecciones, empeora sus síntomas y prolonga el periodo de recuperación.
Por Marcos López
22 DE DICIEMBRE DE 2024 / 07:30
Tu tránsito intestinal, siempre tan regular, está desatado. Tienes náuseas y te duele mucho la cabeza. Incluso tienes unas décimas de fiebre. Todo, según piensas, por culpa de haber comido algo en mal estado. Pero no te preocupes. Internet cuenta con un remedio muy sencillo para atajar de raíz esta presunta intoxicación alimentaria: beber alcohol. Disfrutar de las capacidades de una, o varias, copas de vino para destruir los patógenos. Tal y como tradicionalmente han recomendado las abuelas para combatir la gripe y los resfriados: con un copazo de alcohol de alta graduación. Lo que, en verdad, es un grave error.
El doctor Fernando José García, del Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid (SUMMA 112), recuerda que “no existe un nivel seguro de consumo de alcohol, y beberlo siempre implica algún riesgo. Por lo que cuanto menor sea la cantidad de alcohol que se consuma, mejor”.
Qué dice la ciencia al respecto
En realidad sí que hay algún que otro estudio que sugiere que beber alcohol protege frente a las infecciones alimentarias. Investigaciones con las que, de forma muy vehemente, son continuamente machacados los negacionistas de esta teoría en las redes sociales. Por ejemplo, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos ya observaron hace más de tres décadas que beber vino o bebidas espirituosas disminuía en casi un 90% el riesgo de intoxicación por comer ostras en mal estado. Lo que no sucedía con la cerveza, explicándose esta ausencia de eficacia, según aducían los autores, a su baja concentración de alcohol.
También hay estudios españoles, caso del realizado por el Centro de Salud Pública de Castellón. En el que se sugiere que disfrutar de tres o más bebidas alcohólicas durante una comida puede reducir en cerca de un 50% la probabilidad de contraer una salmonelosis. Así que parece que no queda otra que beber. Aunque no llegue al mínimo de tres copas. Una sola ya bastó para disminuir en más de una cuarta parte el riesgo de desarrollar síntomas. Mientras que los participantes abstemios se vieron abocados a pasar muchas horas en el aseo.
Los resultados no son concluyentes
Pero hay un problema. Estos estudios, realizados ya en los centros sanitarios, cuando las viandas en mal estado ya se habían consumido, muestran sólo una asociación, no una causalidad. Por lo que no debe descartarse que la protección atribuida al alcohol se explique por otros factores, caso de una mejor condición física general, o de una mejor salud intestinal, de los no intoxicados.
No te protege frente a los alimentos caducados
Tampoco hay que obviar, como por lo general se hace en las redes sociales, la otra cara de la moneda. Los estudios que, como el llevado a cabo por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Japón de forma prospectiva, concluyen que el alcohol, en este caso el vino, es inútil para prevenir las enfermedades transmitidas por alimentos; o el del Centro de Infecciones de la Agencia de Protección de la Salud en Londres, en el que de una mariscada de dudosa frescura sólo salieron indemnes los comensales abstemios.
Te hace más propenso a contraer una infección
El alcohol no es el único fluido que acaba con las bacterias y los virus. Los hay mucho más eficientes, como la lejía. Aunque tenga efectos (extremadamente) perniciosos para el organismo, cuando no directamente letales. Lo que, si bien a largo plazo, también ocurre con el alcohol. Que, de hecho, acaba mermando la capacidad del sistema inmunitario para combatir las infecciones. Incluidas las de origen alimenticio.
Además, tampoco hay que beber de forma crónica para que las defensas del cuerpo se vean perjudicadas. Consumir mucho alcohol de una tacada, alerta el doctor García, “puede causar inflamación y otros daños en la pared que reviste el intestino, permitiendo así que las bacterias y las toxinas lleguen más fácilmente al torrente sanguíneo”.
Llama al médico
Un último apunte: un siendo un líquido, el alcohol deshidrata. Como apunta el experto, “inhibe la liberación de la vasopresina, la llamada “hormona antidiurética”, responsable de mantener los niveles de líquidos en el cuerpo”. Y esta deshidratación también te causa debilidad, haciéndote más propenso a las infecciones, empeorando sus síntomas y prolongando el periodo de recuperación. ¿Temes que tu malestar sea consecuencia de haber comido algo en mal estado? Es hora de que hables con un médico.
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