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Julia Roberts de 56 años, luce una piel hidratada y liuminosa.

El omega 7 puede ayudarnos a tener una piel tan luminosa e hidratada como la de Julia Roberts con 56 años./ Foto: Chopard.

BELLEZA

Por qué el omega 7 es el mejor aliado de la piel durante la menopausia

La sequedad de las mucosas (cutánea, genital, intestinal, ocular...) está muy relacionada con los cambios hormonales. Este ácido graso, que suele tomarse en forma de suplementación, logra combatirla.

Por Cristina Martín Frutos

13 de mayo de 2024 / 13:30

Algunos de los síntomas de la menopausia son, en principio, subjetivos. O, de primeras, no es tan fácil medirlos. Esto no quiere decir que no se sufran… Es el caso de la deshidratación de las mucosas. De hecho, a partir de los 45 años empiezan a aparecer signos relacionados con ello que afectan a la piel, la zona genital o los ojos. La ingesta de omega 7, especialmente en forma de suplementación, ha demostrado ser una de las mejores armas para mejorar esas sensaciones.

La sequedad es uno de esos aspectos de la menopausia a los que no se les presta mucha atención. En muchas ocasiones, de hecho, se piensa que es una cuestión de edad. Sin embargo, detrás de este síntoma nos encontramos con las hormonas.

Una de las consecuencias más directas de la caída de estrógenos es la pérdida de humedad en las mucosas. La piel -incluso las que eran grasas- se nota más seca y puede aparecer descamación. También puede notarse más seca la nariz o la boca. Y, por supuesto, muchas mujeres notan sequedad vaginal. Los estrógenos también accionan las glándulas lagrimales, con lo cual, el ojo seco es otro problema común de esta etapa.

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Objetivo: hidratar desde dentro hacia fuera

Toda la sintomatología relacionada con la pérdida de agua en el organismo tiene una clara solución: hidratarse más. Pero también hay que hacerlo mejor. Por un lado, es importantísimo beber agua. Como advierte la doctora Natalia Gennaro, ginecóloga de ASISA, «cuando perdemos hormonas perdemos también la capacidad de tener sed, por eso es importante controlar la ingesta».

Ella recomienda beber, como mínimo, 30 mililitros de agua por kilo de peso y día. Es decir, alguien de 60 kilos debería tomar 1,8 litros diarios. La vía tópica también resulta fundamental. Conviene emplear cremas con agentes humectantes -y de paso que compensen la pérdida de colágeno-, así como hidratantes vaginales y lubricantes.

Sin embargo, todo esto no terminará de funcionar si no se refuerza la hidratación desde el interior. «Durante la menopausia es necesario hidratarse de muchas maneras, pero hacerlo de dentro hacia fuera y con un aliado natural, como la suplementación con omega 7, resulta fundamental cuando existe esa pérdida de agua», sostiene Marta Marcè, nutricionista y divulgadora experta en menopausia.

Marcè subraya la enorme evidencia científica que existe alrededor de esta sustancia. «Se ha demostrado su efectividad para mejorar la hidratación íntima; así como para aliviar las molestias del ojo seco. Y, evidentemente, también funciona en la piel«, afirma. Además, la experta añade que también es interesante a nivel de mucosa intestinal, «ya que muchos trastornos digestivos en esta etapa tiene que ver con la falta de hidratación en esa zona y los cambios derivados en la composición de la microbiota».

¿Qué es el omega 7?

Vistas sus propiedades cabe preguntarse qué es realmente este omega, menos conocido que sus colegas el 6 y el 3, y dónde podemos encontrarlo. «Al contrario que el omega 3 y el 6, se trata de un ácido graso esencial, es decir, el cuerpo puede sintetizarlo por sí mismo, y monoinsaturado, como nuestro aceite de oliva», explica la doctora Isabel Castaño, ginecóloga y experta en salud hormonal.

«Estos omega 7 son el ácido palmitoleico y el vaccénico», añade la ginecóloga, que recientemente ha participado, junto a su equipo, en un estudio en la Universidad de Harvard sobre las propiedades de esta sustancia.

Si bien, como señalaba la doctora Castaño, es una sustancia que está presente en nuestro organismo, con la alteración de las mucosas conviene reponerla. Por la alimentación no es muy sencillo hacerlo.

«Se encuentra en el aguacate, las anchoas y, sobre todo, las nueces de macadamia«, apunta la ginecóloga. El problema es que, además de tratarse de alimentos muy calóricos, su presencia no está muy cuantificada. Una de las fuentes naturales más ricas -si no la que más- en este ácido graso es el aceite de espino amarillo. «Por eso, se recomienda tomar el omega 7 en forma de suplementación», aclara la experta.

Otras propiedades interesantes en menopausia

Los beneficios del omega 7 no se reducen a la hidratación de mucosas, piel y cabello. «Se ha demostrado que es un ingrediente beneficioso para la salud que no vemos y que tanto nos importa», destaca Isabel Castaño. «Estoy hablando de problemas metabólicos, diabetes y riesgo cardiovascular«, apunta.

La doctora explica que durante el estudio realizado han visto que puede ayudar en el control de peso -ya que activa las hormonas de la saciedad- y en la regulación de los niveles saludables de azúcar en sangre. «Aumenta nuestra tasa metabólica y ayuda a inhibir la formación de grasa. Además, estimula la acción de insulina», precisa. Se convierte, por tanto, en un suplemento especialmente interesante cuando se entra en menopausia.

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Con qué se puede combinar el omega 7 durante la menopausia

Durante la menopausia es bastante frecuente recurrir a la suplementación, especialmente la natural, para combatir algunos síntomas. Sobre todo, si son moderados.

Sin embargo, también es habitual no saber si se pueden tomar todos juntos o no. Aunque lo más recomendable siempre es acudir a un profesional, Isabel Castaño da algunas pistas. «Los pacientes que quieran paliar la sequedad de la piel y las mucosas, e incluso algún proceso de acné, pueden acompañarlo de vitamina E, antioxidante y zinc«, sugiere.

Por su parte, Marta Marcè apuesta por combinarlo con glicina y vitamina C liposomada. En cambio, quienes prefieran aprovechar el beneficio metabólico, «lo recomendaría con suplementos antioxidantes u otros para la salud cardiovascular, como la coenzima Q10, la berberina o el picnogenol».

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