Por qué tienes que caminar bajo la lluvia: los beneficios de dar un paseo cuando hace mal tiempo

Corría el año 1952 cuando Gene Kelly, en un arrebato de euforia ante el descubrimiento de un nuevo amor en su película Cantando bajo la lluvia, bailó por primera vez como un poseso en las calles regadas por la tormenta. Y cantó. Y chapoteó en los charcos salpicando a la policía. Se arriesgó no sólo a ser detenido, sino a coger una pulmonía. Pero puede que este episodio de «locura transitoria» fuera, en realidad, beneficioso para su salud. Mucho más allá de la elevación de los niveles de endorfinas. Caminar bajo la lluvia tiene numerosos efectos positivos tanto para el cuerpo como para la mente.

Tienes que hacer ejercicio. Levantarte del sofá y salir a la calle. Y no hace falta correr una maratón. Caminar 30 minutos a buen ritmo a diario es suficiente para mantener tu cuerpo en forma. Aunque el sol esté tapado por las nubes y empiece a chispear.

Como explica Liggy Webb, consultora internacional en temas de salud y bienestar y autora de más de una veintena de libros, «el tiempo lluvioso solía ser mi excusa para quedarme en casa. Pero caminar es tan importante para nuestro bienestar general que salgo todos los días sin importar el tiempo que haga».

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Como destaca Liggy Webb, «la ciencia ha demostrado que el aire es más limpio y puro durante y después de una fuerte lluvia. Y es que las gotas de lluvia atrapan cientos de partículas que depositan en el suelo, por lo que inhalar una profunda bocanada de aire lluvioso puede, además de estimular nuestros sentidos, tener un impacto positivo sobre nuestra salud respiratoria».

No sufrirás un golpe de calor

No tienes ningún problema en salir a caminar cuando hace un sol de justicia. Lo que, en realidad, podría no ser tan buena idea. Al practicar ejercicio, el cuerpo eleva su temperatura. Y si el calor en la calle es excesivo, podría tener problemas para regularla, corriendo el riesgo de sufrir una lipotimia o golpe de calor. Por mucho que sudes. Lo que no sucede cuando llueve.

Las gotas de lluvia, como han observado investigadores de la Universidad Nihon Fukushi, actúan como un refrigerante natural, pues ayudan a disipar el calor corporal y, por ende, previniendo su sobrecalentamiento. Es más; la lluvia también reduce la temperatura ambiental en días de bochorno.

Quemas más calorías

Pero no te gusta mojarte. Así que caminas más rápido. Un incremento en la velocidad de la marcha que, apunta Liggy Webb, «nos ayuda a quemar más calorías y, por tanto, a reducir nuestra grasa corporal y mejorar nuestra salud». Y como la temperatura ambiental también es más baja, el cuerpo tiene que hacer un mayor esfuerzo para mantenerse caliente, con lo que incinerarás aún más calorías.

Te relaja y reduce tu estrés

¿Necesitas más razones para dar un paseo bajo la lluvia? Pues como refiere Liggy Webb, «activa nuestro sentido del olfato». Se trata de deleitarse con el famoso petricor o aroma a tierra mojada que «calma nuestra mente y regula sustancias químicas en el cerebro que pueden influir en nuestro estado de ánimo y ayudarnos a reducir el estrés».

Un último beneficio: como ha constatado la Universidad de Milán-Bicocca, el sonido de las gotas de lluvia al caer tiene un efecto similar al del ruido blanco, por lo que te ayuda a relajarte y a reducir tus niveles de ansiedad y estrés. ¿Ha empezado a chispear? ¿A qué esperas para calzarte las zapatillas y salir a la calle?