Qué es el receso erótico, la técnica para mejorar tu vida sexual a partir de los 40

Sin presiones, sin urgencia, sin otra finalidad que no sea la exploración de tu propio placer. Un momento de conexión íntima contigo mismo, sin pensar en cumplir expectativas ajenas o en satisfacer a nadie más. Así es el concepto conocido como “receso erótico”, y conocerlo es el primer paso para disfrutarlo.

Así lo señala Almudena M. Ferrer, sexóloga y fundadora de Bread Sex. Ella tuvo la oportunidad de acercarse la noción de receso erótico de la mano su creadora, la destacada educadora sexual Betty Dodson, pionera por su enfoque en la masturbación femenina como una práctica saludable y liberadora. “Desde los años 60, Dodson comenzó a impartir talleres centrados en la sexualidad femenina y se convirtió en una figura clave para la autoaceptación, el autodescubrimiento y el placer sexual femenino”.

Eran los talleres Bodysex, y en ellos se desarrolló el concepto de receso erótico como ese tiempo dedicado a la exploración del placer sexual sin una mentalidad finalista. Ferrer, única facilitadora certificada de Bodysex en Europa, replica los talleres de Dodson  y señala que entre las prácticas de esos encuentros, que se orientaban a mujeres que nunca habían tenido un orgasmo, o con dificultades para alcanzarlo con una pareja, se encontraba el “erotic recess” entendido como «el juego por el juego, el placer por el placer”.

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Autoconocimiento sin prisas

Aun cuando sea un concepto que ha cumplido ya más de medio siglo, apenas es conocido a nivel popular, reconoce Almudena Ferrer. “Muchas veces nos adentramos en el juego sexual con la finalidad de tener un orgasmo. Y ese juego sin más parece que se está perdiendo, porque llevamos nuestras mochilas: la mochila del día a día y la de la historia sexual que cargamos con nosotros. No es raro que haya cada vez más voces que hablen del “slow sex”, que busquen profundizar en aspectos tántricos”.

Es cuestión de acercarte a tu cuerpo por el mero placer de hacerlo. “Como quien toca un instrumento, hace un dibujo, resuelve un sudoku; sin competición, sin metas, hacer por hacer”.

Se deja espacio al autodescubrimiento y la autoexploración, en un momento en el que se produce una desconexión de las preocupaciones externas. En este tiempo, puedes participar en actividades sexuales solitarias, como la masturbación, y también experimentar con diferentes formas de placer sin sentirte presionado por el rendimiento o el juicio externo.

Diez claves básicas del receso erótico

El receso erótico, inspirado en el concepto desarrollado por Betty Dodson y adaptado a las necesidades individuales de cada persona, puede variar según las preferencias y circunstancias de cada cual. Estas 10 pistas te ayudarán a conocerlo mejor:

1. Tiempo dedicado a la intimidad: el receso erótico implica reservar un tiempo específico para explorar la sexualidad personal sin interrupciones externas.
2. Autocuidado: Se enfoca en el bienestar y la autocomplacencia, sin la necesidad de satisfacer las expectativas de otra persona.
3. Exploración sin presión: durante el receso erótico, no hay presión para alcanzar ciertos objetivos sexuales o cumplir con estándares predefinidos de rendimiento.
4. Autoconocimiento: es una oportunidad para aprender más sobre el propio cuerpo, preferencias sexuales y deseos.
5. Libertad de expresión sexual: se alienta a experimentar con diferentes formas de placer sexual, fantasías y técnicas de estimulación.
6. Enfoque en el placer: el receso erótico se centra en maximizar el placer personal y disfrutar del momento sin preocupaciones externas.
7. Conexión con el propio cuerpo: es un tiempo para conectarse íntimamente con las sensaciones físicas y emocionales del cuerpo.
8. Sin juicio ni vergüenza: durante el receso erótico, se fomenta un ambiente libre de juicio y vergüenza, donde se acepta y celebra la sexualidad personal.
9. Empoderamiento sexual: promueve el empoderamiento personal a través de la autoexploración y el autoconocimiento sexual.
10. Placer como prioridad: el receso erótico reconoce el placer sexual como una prioridad legítima y fundamental para el bienestar emocional y físico.