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Pasar muchas horas sentados puede ocasionar dolores de cuello y espalda, pero también lesiones. Te contamos cómo evitarlo.
Por Paka Díaz
27 de octubre de 2023 / 12:00
Hay una manera muy sencilla de saber si tu higiene postural (una correcta posición del cuerpo) en el trabajo no es la correcta. Sólo tienes que probar a ponerte los zapatos y pasar todo el día con ellos. Si al principio estás cómodo pero cuando termina el día, además de dolerte la espalda, notas como si te presionaran, no lo haces bien. O, ya teletrabajes en casa o estés en la oficina, si lo que te ocurre es que, tras una larga jornada sentado, se te hinchan las extremidades y sientes dolores por la falta de movimiento. Todo esto, se llama el síndrome de la silla y nos ocurre a casi todos.
Cada día, de media, pasamos entre 7 y 11,5 horas de media sentados en una silla, algo que se ha incrementado al trabajar en casa. En los últimos años, como nos recuerda Manuel Jiménez, interiorista de IKEA España, “el teletrabajo se ha convertido en una parte fundamental de nuestras vidas”. El 12% de los españoles hace uso de esta nueva dinámica, según el informe Flash datos de teletrabajo 2022 del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI).
El término «síndrome de la silla» hace referencia a los efectos negativos asociados con pasar largos periodos de tiempo sentado, así como los problemas de salud derivados de un estilo de vida sedentario. En realidad, no es una patología reconocida, aunque sus efectos son claros. “Es importante remarcar que «el síndrome de la silla» es un término coloquial y no está reconocido como un diagnóstico médico oficial, sino que se utiliza para describir los posibles efectos negativos de pasar demasiado tiempo sentado”, puntualiza Alex Garcia, jefe de producto de Conforama Iberia.
En nuestra sociedad, cada vez pasamos más tiempo sentados. Eso conlleva malestar para nuestro organismo. Esas largas jornadas sentados, sin descansar ni moverse, pueden tener numerosas consecuencias negativas para el bienestar. Porque, además, no es el escenario ideal para ninguna persona, sino todo lo contrario. Como recuerda Anna Rovira, directora de Outback Nature’s Pharmacy, “pasar mucho tiempo sentados no es natural para el ser humano y puede repercutir negativamente en nuestra salud. Un sedentarismo excesivo deteriora nuestro cuerpo así que, si quieres prevenir lesiones y ganar en calidad de vida, lo mejor es realizar ejercicio físico”.
La falta de movilidad puede generar problemas de muchos tipos. De hecho, un estudio de la Universidad de Columbia de Nueva York señala que estar mucho tiempo seguido sentado aumenta el riesgo de muerte. Por eso, los investigadores aconsejaban en el informe levantarse cada media hora.
Otros daños que puede causar el síndrome de la silla serían los dolores recurrentes, sobre todo de espalda. “También obesidad, torsión en lumbares, problemas circulatorios o enfermedades cardiovasculares, trombosis en las piernas, pérdida de masa muscular, osteoporosis…”, destaca Anna Rovira.
Ella señala que hay más patologías asociadas al hecho de pasar mucho tiempo sin movernos. Entre ellas, sentir la mente confusa, dolor en el cuello, abdominales débiles o glúteos flácidos. Además, si la silla que usamos es giratoria, el movimiento sin control puede producir daños musculares e incluso desplazamiento de vértebras. Por eso, es esencial saber qué silla es la más indicada para nuestras necesidades.
Lo primero que debemos tener claro es que no todas las sillas son adecuadas para trabajar. Por eso, los expertos coinciden en animar a buscar productos ergonómicos. “La ergonomía es la encargada de que podamos hacer cosas tan interiorizadas para nosotros como sentarnos cómodamente en un sillón, manejar el mando de la televisión o coger cómodamente una taza”, explica Manuel Jiménez, interiorista de IKEA España.
Esta disciplina se centra en el diseño y la adaptación de productos, entornos y sistemas para que se ajusten de manera óptima a las necesidades y capacidades humanas. “En el caso de una silla, no va a ser menos. Poder regular la distancia con el suelo, tener o no reposabrazos, la curvatura del respaldo, van a ser características que nos acerquen a la silla que necesitamos”, apunta Jiménez.
Para minimizar los posibles daños asociados con estar mucho tiempo sentado, es importante elegir sillas que proporcionen apoyo ergonómico y promuevan una postura saludable. Alex García, jefe de producto de Conforama, recomienda que la silla tenga “una curvatura natural que se adapte a la curva de la espalda baja. Esto ayuda a mantener una postura correcta y a reducir la tensión en la espalda”.
También sugiere que la altura del asiento sea ajustable, como los reposabrazos. “Así los pies puedan descansar cómodamente en el suelo, las rodillas estén alineadas con las caderas y los brazos puedan descansar cómodamente, con los hombros relajados”.
Además, destaca que “el asiento debe ser lo suficientemente acolchado para proporcionar comodidad durante largos períodos de tiempo y, si puede ser, de un material transpirable, para evitar la acumulación de calor y sudor”.
Para la zona lumbar, una de las que acaba más dañada si pasamos mucho tiempo sentados, Manuel Jiménez recuerda escoger una silla con un buen soporte lumbar. “Nos ayudará a mantener una postura adecuada y a reducir la tensión en la parte baja de la espalda. Si tienes dolencias en esta zona, puedes apoyarte además de un cojín cervical/lumbar, que podrás llevarte allá donde vayas y transformar cualquier silla en un lugar cómodo y ergonómico”, añade.
Estas son las principales recomendaciones de los expertos para paliar y prevenir los efectos de pasar demasiado tiempo sentados.
Muévete cada 20 minutos. Lo más importante es moverse de manera regular a lo largo de la jornada. “Levantarnos cada 20 minutos aproximadamente para dar un pequeño paseo y estirar las piernas puede ser de gran ayuda, así como estirar la espalda con posturas de yoga antes y después de la jornada laboral”, indica Anna Rovira.
Establece un espacio ergonómico. Asegúrate de que tu silla y escritorio estén configurados de manera que fomenten una postura adecuada. “Mantén la pantalla del ordenador a la altura de los ojos y los pies planos en el suelo”, recomienda Alex García.
No hagas movimientos bruscos. Para ello, lo mejor es optar por una silla que tenga ruedas para deslizarla y una base resistente que nos facilite la estabilidad. “Esto nos ayudará a movernos y a que los movimientos sean menos bruscos y pesados”, apunta Manuel Jiménez.
Masajes para la circulación. Utilizar cremas de masaje recuperadoras en el trabajo también nos puede ayudar a mejorar la circulación, prevenir lesiones y recuperar pequeñas contracturas. Una opción es acudir a un masajista regularmente. «Eso nos aportará confort y bienestar muscular», explica Rovira.
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