
Las actrices Cate Blanchett (56), Halle Berry (58) y Alba Rohrwacher (46), durante el pasado Festival de Cannes. Un ejemplo de que las mujeres tienen mucho que hacer y decir pasados los 45. FOTO: Getty Images.
SALUD HORMONAL
Lo mejor de la menopausia: cómo cambia tu cerebro para que sea más feliz, más audaz y más segura de ti misma
Se conocen de sobra los síntomas negativos y riesgos que trae el descenso de estrógenos. Pero los estudios más recientes demuestran que cuando el cerebro se adapta, experimenta una recuperación increíble.
30 DE MAYO DE 2025 / 13:15
Algunas convenciones sociales pesan como una losa. Durante siglos se nos ha enseñado a pensar que cuando los hombres envejecen, lo hacen como el buen vino. Cuantos más años cumplen, más se revalorizan. ¿Ocurre lo mismo con las mujeres? «La respuesta es no. Cuando envejecemos no se nos ve de esa manera. La percepción general es que nuestro vino se ha pasado de maduro, lamenta la neurocientífica Lisa Mosconi, una de las 17 científicas vivas más influyentes, según The Times. Tras ese tópico se esconden muchas (falsas) creencias. Una de ellas es asociar la llegada de la menopausia con el fin: de la fertilidad, la belleza, la sexualidad… ¡El declive absoluto!
Como explica en su reciente libro Menopausia y cerebro (ed. Kairós), tanto la realidad como la ciencia vienen a demostrar que no es así. Basta con mirar a nuestro alrededor para encontrar mujeres interesantes, atractivas y exitosas que ya han pasado la absurda barrera de los 45. Afortunadamente, también están reclamando su protagonismo bajo los focos. Cate Blanchett, Halle Berry, Penélope Cruz, Candela Peña, Naomi Watts o Demi Moore son, quizá, los ejemplos más deslumbrantes y manidos. Porque, por supuesto, hay empresarias, escritoras, científicas, políticas… La propia Mosconi se acerca a los 47 años.
El lado positivo de la menopausia
Experta en el cerebro femenino, Mosconi lleva décadas investigando qué le pasa tanto a la mente como al cuerpo de las mujeres a partir de los 40 años. Especialmente, en lo relacionado con su salud hormonal. Tras todo este tiempo de trabajo en laboratorio, consulta y como divulgadora algo le ha quedado claro: pese a los sofocos, los problemas de sueño o los cambios de humor, hay una parte positiva. Es lo que ella llama el cerebro en menopausia. De la misma manera que sucede en la pubertad o durante el embarazo, el cerebro sufre cambios debido al descenso de estrógenos. Lo habitual es pensar en su lado negativo.


Porque, seamos honestos, lo tiene. Los sofocos —que en realidad tienen un origen cerebral— son uno de los síntomas más conocidos. Pero hay muchos más. No olvidemos que el estradiol (el estrógeno más potente y abundante en edad reproductiva) está implicado en una lista interminable de procesos neurológicos: protege al cerebro, le da energía, promueve su reparación celular… Con la menopausia, el estradiol se despide. Lo que se traduce en niebla mental, ansiedad o altibajos. Sin embargo, a diferencia de lo que le puede pasar a los huesos, la piel o los músculos, es algo transitorio. «En realidad se trata de una adaptación neurológica, una capacidad muy infravalorada hasta ahora y aún por celebrar», sostiene la neurocientífica.
El cerebro en menopausia
La autora explica que los escáneres realizados en este tiempo han demostrado que, si bien, la energía cerebral muestra un declive durante la perimenopausia y los primeros meses de posmenopausia, sus niveles se estabilizan. Incluso mejoran. «Se trata de una recuperación tardía, pero maravillosa«. En otras palabras, añade, «puede que los ovarios echen el cierre, pero el cerebro sigue funcionando».
Son muchas las investigaciones que están ahondando en esta línea. Más aún si tenemos en cuenta que la esperanza de vida, sobre todo de las mujeres, se ha multiplicado significativamente en el último siglo. Solo en España, a principios del siglo XX apenas superaba los 40 (es decir, la mayoría ni conocía la menopausia); mientras que actualmente se sitúa casi en los 86. Es decir, las mujeres van a pasar casi media vida en climaterio. Y parece que, por fin, la ciencia está atendiéndolo.
Más felices, empáticas y seguras
Pero qué le pasa al cerebro en menopausia. La doctora Mosconi destaca, ante todo, una mayor sensación de felicidad. «En general suelen sentirse más felices y satisfechas que en momentos anteriores de su vida», asegura, refiriéndose a varios estudios. Según su experiencia, la mayoría de las mujeres alcanzan este sentimiento un par de años después del fin de la regla. Otros aspectos positivos: son mucho más empáticas. Con el paso de los años, ellas se muestran más comprensivas y resilientes ante los cambios. Se podría decir que fluyen mejor y con más calma.
Además, un punto muy destacable, es que empiezan a priorizarse. Hay algunos expertos que lo achacan al desequilibrio hormonal: cuando bajan los estrógenos se incrementa la presencia relativa de andrógenos como la testosterona. Lo que provocaría una forma de ser considerada tradicionalmente masculina. Lisa Mosconi, sin embargo, encuentra la explicación en la amígdala emocional del cerebro. Se transforma de tal manera que la mujer experimenta mayor seguridad, claridad de ideas y, en definitiva, mayor dominio emocional. «Como muchas mujeres que conozco dicen: lo que antes te habrías tomado muy a pecho ahora te importa una m…», ilustra en el libro.
Menocomienzo: una nueva oportunidad
Todos estos fenómenos neurológicos, que cada vez se están estudiando más, no pueden separarse de otros aspectos —sociales, profesionales, familiares…—que suelen darse cuando la mujer se acerca a los 50. En algunas investigaciones se le denomina menostart (menocomienzo). Una especie de segunda vida adulta. Un subidón de energía física y psicológica que experimentan muchísimas mujeres después de la menopausia. «Se puede traducir en una nueva profesión, nuevos intereses, viajes, nuevas relaciones o un nuevo enfoque general de cómo canalizar el tiempo y la energía», cuenta Mosconi.
En definitiva, la menopausia, a corto plazo, no tiene por qué ser el mejor momento de la vida de la mujer. Pero Lisa Mosconi abre una puerta hacia un camino que, hasta ahora, no estaba muy transitado. «La mayoría de las mujeres se adaptan al cambio, tanto ellas como su cerebro. Y es entonces cuando la felicidad y la satisfacción personal comienzan no solo se recuperan sino que pueden seguir creciendo hasta donde ellas quieran».
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