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Conectar con tus sensaciones corporales ayuda a reducir los pensamientos negativos y la ansiedad.

Conectar con tus sensaciones corporales ayuda a reducir los pensamientos negativos y la ansiedad. FOTO: Pexels/ ©Lucas Pezeta.

MENTE

Qué es la ciencia de las sensaciones: los ejercicios neurológicos que te ayudan a calmar la mente

La clave para acabar con estructuras de conducta que nos impiden sentirnos bien es prestar atención a nuestras sensaciones y guiarnos por ellas.

Por Paka Díaz

10 DE FEBRERO DE 2025 / 07:30

Para muchas personas, la ansiedad y el estrés se han convertido en una presencia habitual en sus vidas. El problema suele empeorar si tenemos patrones negativos que, muchas veces, consideramos demasiado fuertes para poder acabar con ellos. Sin embargo, según los psicólogos expertos en neurociencias Norman Farb y Zindel Segal, la clave para acabar con esos hábitos y estructuras de conducta que nos impiden sentirnos bien es prestar atención a nuestras sensaciones y guiarnos por ellas. Eso nos puede permitir recuperar el control de nuestro cuerpo y nuestra mente.

Para explicarlo, ha escrito Mejor en todos los sentidos. Recupera el control de tu vida con la nueva ciencia de las sensaciones, un libro en el que muestran un enfoque innovador para mejorar nuestro bienestar mental. En él muestran cómo se puede entrenar nuestra capacidad para conectar con las sensaciones corporales que sentimos. De ese modo es posible disminuir la ansiedad y generar nuevos hábitos que nos ayuden a sentirnos mejor. Técnicas sencillas que nos ayudan, por ejemplo, a conectar con la respiración para sentirnos mejor.

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Qué es la ciencia de las sensaciones

Muchas veces puedes llegar a sentirte atrapado por tus pensamientos y emociones. Tanto que te impiden incluso reflexionar o ver la realidad con claridad. Las ciencias de las sensaciones puede ser una herramienta para lograr volver a tomar el control de nuestra mente y cuerpo. Se trata de un enfoque que se basa en comprender que las experiencias emocionales y físicas que experimentamos están íntimamente conectadas. O sea, las sensaciones físicas como la tensión, las palpitaciones, el calor o el frío, pueden influir en cómo pensamos e, incluso, nos comportamos.

Lo que señalan Segal y Farb es que cómo interpretamos esas sensaciones puede generar una diferencia. Nos podemos quedar estancados en los patrones de pensamiento o, por el contrario, liberarnos de ellos. Para conseguirlo, proponen una serie de ejercicios neurológicos fáciles. Con ellos, se puede aprender a cómo regular nuestras respuestas emocionales, para mejorar nuestro bienestar.

Tu cuerpo regula tus emociones

Para empezar, hay que tomar nota de un concepto clave: el cuerpo no es solamente el soporte físico de la mente, sino una parte activa en regular nuestras emociones. Los más recientes estudios neurocientíficos señalan que cuerpo y cerebro están conectados, de manera birideccional. O sea, también las sensaciones corporales van a impactar en cómo nos sentimos y pensamos.

“En el momento en que nos sentimos estresados o con ansiedad, el cerebro tiende a enfocarse en pensamientos negativos. Pero, si prestamos atención a nuestras sensaciones corporales y dirigimos la atención a ellas, no solo a los pensamientos, podremos reducir la intensidad de esas emociones negativas”, señala Norman Farb. El psicólogo destaca que cambiar el foco de atención para concentrarnos en el cuerpo es un ejercicio neurológico tan simple como poderoso. De hecho, hacerlo puede reducir incluso los niveles de ansiedad. Según un estudio de la Universidad de Boston, las personas que hacían mindfulness y se concentraban en su corporalidad, en modo atención plena, reducían hasta en un 30% sus niveles de ansiedad en apenas ocho semanas.

Cómo romper tus patrones negativos

A todos nos suena ese Pepito Grillo malicioso que se instala en tu cabeza para decirte cosas como que no puedes hacer algo, o que te va a salir mal. Tanto insiste esa voz interna, que acabas por sentirte ansioso, frustrado o impotente. Y, por supuesto, todo te saldrá fatal. Lo que proponen Segal y Farb es plantar cara a esos patrones internos y cambiarlos. En vez de dejar que los pensamientos te dominen, toca centrarse en tus sensaciones físicas y darles a ellas la mayor importancia.

Si sientes que el miedo o la ansiedad va tomando el control sobre tus pensamientos, en lugar de seguir dándole vueltas, la idea es centrarte en otras cosas. Por ejemplo, en la tensión que notas en tus hombros, en cómo palpita tu corazón o en tu respiración. Al ser consciente de tu cuerpo, al poner la atención en él, la presión de los pensamientos negativos tiende a reducir su intensidad y te permite sentir con libertad y disfrutar. La conciencia corporal es clave para aliviar la ansiedad y generar nuevos patrones de pensamiento que ayudan a sentir bienestar. También puede servir para apostar por hábitos saludables como dejar de fumar, comer mejor o hacer ejercicio. La clave, centrarse en qué siente tu cuerpo, no en tus pensamientos.

Tres ejercicios neurológicos de conciencia corporal

Para integrar la conciencia corporal en tu vida cotidiana, Segal y Farb proponen tres ejercicios neurológicos muy sencillos y fáciles de realizar.

Respiración consciente. Cuando notes sensaciones de ansiedad o estrés, los psicólogos proponen dedicar unos momentos a centrarte en tu respiración y usar alguna técnica, como el suspiro fisiológico. Para ello, animan a sentarse en un lugar cómodo, cerrar los ojos y respirar profundamente. El objetivo es concentrarte en cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, sentir como se eleva y baja el abdomen, o cómo se ensancha y contrae el pecho. Con ello, tu mente se sentirá calmada y disminuirá la ansiedad. Si te cuesta hacerlo solo, sigue una técnica de respiración guiada.

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Escaneo corporal. Tumbado sobre el colchón, una esterilla o en el sofá, se trata de tomarse unos minutos para hacer un escaneo de todo tu cuerpo. Empieza por los pies y sube lentamente. Hay que prestar atención a cualquier tensión o sensación que se perciba. Cuando las notes, permítete que se relajen y deja ir la tensión que se ha acumulado. La respiración también te ayudará.

Conecta con tu cuerpo en tu vida cotidiana. El tercer ejercicio que proponen los expertos es tomar conciencia de nuestras actividades diarias. O sea, centrarte en las sensaciones de tu cuerpo mientras estás comiendo, sentado en tu lugar de trabajo, caminando o haciendo ejercicio. Conectarte con tu cuerpo, ayuda a calmar tu mente. Eso te ayuda a estar más presente en tu propia vida, y también a disfrutar más de ella.

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