Qué es el minimalismo emocional y cómo puede ayudarte a centrarte en lo importante para ser feliz

Hace unos meses llegaba a las librerías españolas el libro Minimalismmo emocional de la publicista y coach Anna Fargas. Según asegura la autora, el minimalismo emocional que da título a su obra es un enfoque de vida que se centra en simplificar y reducir aquello que sobra con el objetivo de priorizar lo esencial y eliminar lo superfluo. «El objetivo es eliminar al máximo cargas mentales innecesarias, patrones tóxicos o hábitos que no aportan nada para reducir el sufrimiento en tu vida», detalla en su libro. Una filosofía muy interesante que hemos querido desarrollar junto a la psicóloga Beatriz Galván.

«El minimalismo emocional es un enfoque que busca simplificar y reducir la carga emocional en nuestras vidas. Se trata de identificar y dejar de lado las emociones y relaciones que no nos aportan valor o que nos generan estrés innecesario. Al igual que el minimalismo en el ámbito físico, que promueve la reducción de objetos materiales, el minimalismo emocional se centra en cultivar una vida más plena y significativa al enfocarnos en lo que realmente importa y nos hace felices», nos ha explicado la experta.

El origen del minimalismo emocional

El concepto de minimalismo emocional deriva de la filosofía del minimalismo en general, que comenzó a ganar popularidad en el ámbito del diseño en las últimas décadas. «El minimalismo físico se centra en reducir la cantidad de objetos materiales que poseemos, y aplicado al ámbito de la emocionalidad, se enfoca más bien en simplificar nuestras experiencias y relaciones emocionales«, explica Galván.

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En este enfoque han influido diversas corrientes de pensamiento, como la psicología positiva, que promueve el bienestar emocional y la búsqueda de lo esencial en la vida. También se relaciona con prácticas de mindfulness y autoconocimiento que apelan a ser más consciente de nuestras emociones y a gestionar mejor nuestras relaciones. «En resumen, el minimalismo emocional es una evolución de las ideas minimalistas aplicadas al ámbito emocional, buscando una vida más equilibrada y significativa al deshacerse de lo que no nos sirve», concluye la experta.

Cómo aplicar el minimalismo emocional a tu vida cotidiana

Según explica Beatriz Galván, las claves para la aplicación del minimalismo emocional residen en el establecimiento de límites como una forma de priorizar tus propias emociones y en rodearte de personas que te apoyen. Según asegura, algunos pasos que puedes seguir para simplificar y cuidar tu vida emocional son:

1. Reflexiona sobre tus emociones: para simplificar tus emociones, primero tienes que ser consciente de ellas, aprendiendo a identificarlas. Para ello es necesario tomarte tu tiempo para comprenderlas, reconociendo cómo te hacen sentir. Una técnica que puede ayudarte a identificar tus emociones puede ser llevar un diario emocional donde puedas anotar cómo te sientes y qué situaciones lo generan.

2. Identifica tus prioridades: pregúntate qué relaciones y experiencias son significativas para ti y prioriza aquellas que aportan valor a tu vida y te hacen sentir bien. Del mismo modo, prioriza aquellas emociones que deseas sentir más y aquellas que lastran tu vida para enfocarte hacia las primeras.

3. Suelta lo que no te sirve: una vez que has aprendido a identificar y priorizar tus emociones, es importante preguntarte si todas ellas son necesarias. No se trata de reprimir las emociones, sino de no aferrarte a ellas más de lo necesario. Identifica aquellas emociones negativas que no te están ayudando y busca maneras de dejarlas ir.

4. Simplifica tu entorno emocional: elimina distracciones emocionales, como redes sociales que no te aportan valor o interacciones que consumen tu energía sin recompensa. De este modo, identificarás las fuentes de tus emociones negativas pudiéndote preparar para afrontarlas mediante diferentes técnicas, como la relajación, por ejemplo.

5. Medita: la meditación ayuda a estar en el momento presente y a tomar consciencia de tus propias emociones. Al practicar la meditación regularmente lograrás reducir el ruido emocional y encontrar un estado de serenidad que te permite identificar las emociones que son importantes y las que no lo son. La meditación te ayuda por tanto a simplificar tus emociones y a llevar una vida más tranquila y consciente.

6. Practica la auto-compasión: experimentar una amplia gama de sentimientos es completamente normal. Desde la ira hasta la confusión pasando por la tristeza o la melancolía; las emociones negativas son parte de la vida y no tienes que sentirte culpable por ello. Sé amable contigo mismo, ya que la autocrítica excesiva aumenta la carga emocional.

7. Apóyate en personas cercanas: trata de rodearte de personas que sepan apoyarte y con las que puedas expresarte sin tapujos sobre lo que sientes. Hablar sobre las emociones que estás experimentando es una buena manera de quitarles carga emocional y, por tanto, reducirlas.

8. Practica la gratitud: practicar la gratitud es clave para reducir el estrés y, por tanto, ser más feliz. Galván recomienda anotar cada día cosas or las que estés agradecido con el fin de disminuir la carga emocional negativa.

9. Planteate metas a nivel emocional: la experta recomienda proponerte metas realistas que pueden dirigirse a mejorar tus relaciones o tu bienestar emocional. Por ejemplo, decirle a tus padres que les quieres, si es que no lo haces a menudo, puede ser una forma de reducir la carga emocional.

10. Acude a psicoterapia: no siempre podemos hacerlo todo solos y no pasa absolutamente nada. Si te resulta difícil identificar o manejar tus emociones, puedes buscar apoyo psicoterapéutico.

Después de todo esto, Beatriz Galván quiere resumir esta filosofía de vida: «Este enfoque de minimalismo emocional se trataría no de eliminar las emociones, sino de simplificarlas y gestionarlas de una manera más consciente. La clave es cultivar un entorno emocional que promueva la paz, la salud mental y el bienestar general. Se trata de vivir de manera más consciente y auténtica, priorizando lo que realmente enriquece nuestras vidas y dejando de lado lo que nos provoca carga emocional innecesaria».