Las cinco claves para pedir perdón sin sentirte mal cuando te has equivocado

Nadie está exento de equivocarse. El problema surge cuando esos errores hacen daño a otra persona. Si esto ocurre, no todo está perdido, puesto que siempre se tiene la opción de reconocer el error y pedir disculpas, aunque no es tarea fácil. «Saber que se puede cometer un error y luego ser capaz de enmendarlo tiene efectos positivos en el bienestar de una relación«, afirman los expertos de la plataforma de psicología online Buencoco.

Aunque pueda suponer una situación incómoda, pedir disculpas de manera sincera y esforzarte por no volver a cometer el mismo error puede fortalecer las relaciones al mostrar respeto y atención por los sentimientos de los demás. «Disculparse suele ser el primer paso para intentar reparar el daño causado. Puede abrir el camino al perdón y a la reconciliación, ayudando a sanar las relaciones dañadas», dicen los expertos. Analicemos la importancia del perdón y cómo llevarlo a cabo de manera efectiva.

Por qué es importante pedir perdón

Sí, pedir disculpas te ayudará a mantener unas relaciones sociales saludables, pero, además, tiene beneficios a nivel psicológico para ti mismo.

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Según un estudio de John B. Howell publicado en el International Journal for Philosophy of Religion, pedir disculpas se trata de un factor protector para un funcionamiento psicológico saludable. Entre otras cosas, promueve la aceptación entendida como la capacidad de vivir el presente sin juzgar tus propias emociones; fomenta la autocompasión y la compasión hacia los demás; y se asocia a una menor propensión a la evitación de tus propias emociones y a desarrollar rasgos de personalidad narcisista.

«Pedir perdón tiene un valor importante en el contexto psicológico porque implica procesos de autoconciencia, responsabilidad, empatía y reparación, que son fundamentales tanto para el crecimiento personal como para la salud y el bienestar de las relaciones interpersonales», aseguran los expertos de Buencoco.

Pedir disculpas es un proceso que requiere voluntad para mirar dentro de uno mismo y admitir los propios errores. «A largo plazo, aprender a pedir perdón puede devolver la intimidad, la confianza, la comprensión y la serenidad en las relaciones», confirman.

Cinco consejos de experto para aprender a pedir perdón

Según afirman los expertos de Buencoco, pedir perdón es una de las mejores herramientas que tenemos para reparar una relación que se ha roto. Pero no basta con decir lo siento. Los psicólogos aseguran que una disculpa «debe contener ciertos elementos que faciliten la conexión emocional y la comprensión mutua«.

Estos son los tips para aprender a pedir perdón y hacer que la disculpa se convierta en un momento reparador:

1. Mira dentro de ti: para admitir tus errores y pedir perdón a una persona que has hecho daño, primero debes entender las razones que te han llevado a actuar como lo has hecho. No consiste en justificarte o juzgarte negativamente, sino comprender cuáles eran tus intenciones en ese momento y las emociones que sentiste. «Cuenta sinceramente lo que pasó, como si estuvieras viendo una película cuyo argumento tienes que describir», aconsejan los expertos de Buencoco.
2. Ponte en el lugar de la otra persona‍: intenta imaginar las emociones que ha sentido la otra persona cuando le has ofendido o herido, lo que te llevará a incrementar tus deseos de pedirle disculpas. Esto no significa que seas implacable contigo mismo, sino que tengas en cuenta los sentimientos del otro, aunque no llegues a entenderle del todo. Será esa otra persona quien tenga que decirte cómo se ha sentido realmente.
3. Pasa a la acción‍: después de completar los dos primeros pasos llega el momento de dirigirte aquella persona a quien quieres pedir perdón. «Es útil empezar con una actitud tranquila que transmita sinceridad. Comparte lo que has descubierto de ti mismo al mirar en tu interior, dejando claro que tu intención no es encontrar justificaciones, sino proporcionar medios para el entendimiento mutuo«, aconsejan los expertos de Buencoco. «También puedes compartir lo que imaginas que el otro haya podido sentir, oír y pensar, y pedir a la persona en cuestión que complemente, corrija y añada lo que considere oportuno», continúan. Este último paso es muy importante, porque así la otra persona siente que realmente la estamos escuchando.
4. Comparte un plan: después de haber pedido disculpas y una vez hayas entendido por qué se ha producido el error que te ha llevado a hacerle daño al otro, es hora de pensar cómo vas a hacerlo en un futuro. Los psicólogos aconsejan compartir cómo piensas evitar que vuelva a ocurrir lo mismo, preguntándole al otro si hay algo que puedas hacer para evitarlo. De este modo, lograrás una colaboración con la otra persona que refuerce el vínculo que se ha visto deteriorado.
5. Intenta no volver a hacerlo: no vale con pedir perdón si después no pones especial cuidado en no repetirlo. Bien es cierto que si para ti ha supuesto algo importante y has pedido disculpas de manera sincera, es fácil no volver a repetir el mismo error con la misma persona. Pero puede haber otros aspectos en los que puedas volver a ofenderle si no pones cuidado en conocerle realmente.