
Practicar la curiosidad hará que seas mejor persona y que seas más apreciado por los demás. FOTO: fotograma Gossip Girl.
Mente
Por qué ser curioso te hace irresistible y también más inteligente
La curiosidad bien entendida mejora tus relaciones, potencia tu empatía y fortalece tu cerebro. Descubre por qué este superpoder puede cambiar tu vida personal y profesional.
Por Marcos López
20 DE MAYO DE 2025 / 14:10
La curiosidad mató al gato. Una frase que denota los riesgos que puede correr una persona al indagar en asuntos que quedan lejos de resultar de su incumbencia. Pero más allá de los temas escabrosos, ser curioso no tiene por qué suponer ningún peligro. Al contrario, la práctica de la curiosidad no sólo hará que seas mejor persona, sino que también serás mejor valorado por los demás. Te contamos por qué tienes que ser más curioso, sobre todo con lo que le sucede a la gente que te rodea.
La doctora Paula Caligiuri, especialista en Psicología Clínica y autora, entre otros libros de éxito, de Live For A Living: How To Create Your Career Journey For Work Happier, Not Harder (Ed. Fast Company Press), explica que «la curiosidad impulsa el aprendizaje, fomenta la innovación y enriquece nuestras interacciones con el mundo y entre las personas. Es un superpoder que la necesita la mayoría de la gente para mejorar su vida tanto personal y como profesional«.


Te apreciarán más
No se trata de extralimitarse y acabar resultando un fisgón entrometido. Pero mostrar una curiosidad genuina sobre cómo se encuentran quienes te rodean, aunque sean desconocidos, hará que te aprecien más. No en vano, la Universidad de Harvard ha demostrado que, frente a aquellas que permanecen callados, las personas que hacen preguntas –sin pasarse– son mejor valoradas por unos interlocutores que se sienten estimados y comprendidos. Hasta el punto de que los curiosos son siempre calificados como unas personas «más agradables».
Se interesarán por ti
Tu curiosidad demuestra tu interés por el prójimo. Que, obviamente, también quieres que se interese por ti. Lo que igualmente consigues practicando la curiosidad. Pues es altamente contagiosa. Un segundo estudio de los investigadores de Harvard ha revelado que las personas que se sienten escuchadas son más proclives a querer conocer cómo se sienten, o piensan, los demás. Sobre todo de aquellos que les preguntaron primero.
Trevor MacKenzie, profesor, consultor y autor, entre otras obras de éxito, de Inquiry Mindset: Cultivating Curiosity and Creating Question Competence (Ed. Elevate Books Edu), apunta que «muy posiblemente, lo mejor que tiene la curiosidad es que es infecciosa. Las personas que se rodean de gente curiosa tienen una mayor probabilidad de ser curiosas».
Aumentarás tu empatía
Tu curiosidad también aumenta tu capacidad de comprensión por los sentimientos e ideas ajenas. O lo que es lo mismo, te hace más empático. Potencia tu inteligencia emocional. Pues al conocer, y comprender, cómo sienten y reaccionan los demás ante diferentes situaciones se facilita, como ha observado la Bishop’s University en Sherbrooke, el manejo de las propias emociones. Y también aumenta tu resiliencia, permitiéndote abordar los problemas no como un obstáculo o dificultad, sino como una oportunidad para seguir creciendo personalmente.
La doctora Sabina Brennan, especialista en Neurociencia y autora, entre otros libros de éxito, de 100 Days to a Younger Brain (Ed. Orion Spring), destaca que «la curiosidad construye conocimiento y forma nuevas conexiones en el cerebro, haciendo que resulte más fácil resolver problemas y ser creativo. Unos nuevos datos que aumentan la capacidad predictiva de tu cerebro, crean resiliencia y te ayudan a adaptarte a la adversidad».
Serás más sabio
Pero no es sólo que mejore tu relación tanto con los demás como contigo mismo. Son muchas las razones por las que tienes que ser más curioso. La doctora Brennan igualmente resalta que «los escáneres cerebrales han revelado que la curiosidad aumenta la actividad de los circuitos de recompensa y de otras partes del cerebro involucradas en el aprendizaje y la memoria«.
Por tanto, practicar la curiosidad, explorar el mundo que te rodea y aprender nuevas cosas, hará que seas más sabio. De hecho, Albert Einstein ya concluyó que «la curiosidad es más importante que el conocimiento, porque el conocimiento es limitado, mientras que la curiosidad abarca el mundo».
En definitiva, ha llegado el momento de dejar de parapetarse en las ideas, emociones y pensamientos propios y abrir la mente al exterior. Preguntarse cómo afrontan los demás cada situación y por qué. Sin dar nunca nada por sentado. Sé curioso.
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