
La luz azul de las pantallas provoca en el cerebro un efecto similar al de la luz natural, por lo que no te dejará dormir./ Foto: Marc Jacobs.
Sueño
Por qué duermes peor a partir de los 50 (y qué hacer para remediarlo)
Alcanzada la mediana edad, el organismo ve disminuida su capacidad para regular el ritmo circadiano y la síntesis de hormonas como la melatonina y el cortisol.
Por Marcos López
22 DE ABRIL DE 2024 / 08:00
Tienes que dormir bien. No sólo para evitar la somnolencia y la irritabilidad matutinas que acompañan a las noches de vigilia. Disfrutar de un sueño duradero, continuo y profundo es absolutamente esencial para una buena salud física, mental y social. Pero tu descanso no es tan reparador como antaño. Siempre has dormido como un bebé, pero ya en la mediana edad te cuesta conciliar el sueño. Y una vez que caes en los brazos de Morfeo, no hay noche en la que descanses del tirón. No te preocupes. Es completamente normal. Y hay una razón científica para explicarlo.
Un apunte: no es sólo que cuando llega la mediana edad se descansa peor. Un estudio recientemente publicado alerta de que, alcanzada la edad de 50 años, nunca ha habido tanta población que haya dormido tan poco ni tan mal. Recuerda que, como indica la Sociedad Española del Sueño, los adultos tienen que dormir con regularidad entre siete y nueve horas. Todos los días. Es el momento de que logres ese sueño reparador que tanto necesitas.
Se duerme peor que hace medio siglo
En el estudio, investigadores de la Universidad Estatal de Arizona analizaron los patrones de sueño de cerca de 200.000 estadounidenses nacidos entre 1920 y 1969 cuando sus tartas de cumpleaños superaban ya las 50 velas. Y lo que vieron es un lento y continuado empeoramiento en la calidad del descanso con el paso de las décadas.


De hecho, y frente a un 23,6% en el caso de las nacidas en los años 20 del pasado siglo, el 37,7% de las personas que nacieron en los 60 no duerme suficientemente bien desde que alcanzó la mediana edad.
La calidad del sueño empeora con la edad
La Fundación Americana del Sueño lo deja muy claro: la calidad del sueño se deteriora con la edad. Concretamente se estima que, desde el inicio de la mediana edad, una persona ve reducida la duración de su sueño en 27 minutos diarios por década. La razón se explica porque, con el envejecimiento, el organismo ve disminuida su capacidad para regular el ritmo circadiano. También por una alteración en la síntesis de hormonas como la melatonina y el cortisol, lo que resulta en una reducción tanto de la duración como de la calidad del sueño.
Tres factores que interrumpen tu descanso
Sin embargo, este deterioro del descanso asociado al paso de los años no explica que, llegados los 50, se duerma peor hoy que hace medio siglo. Tiene que haber algún factor diferencial. Y a falta de más investigaciones, los autores del estudio destacan tres, el primero de los cuales tiene que ver con un aparato que está robando horas de sueño, y cada vez más, a personas de todas las edades. ¿A qué no tenían acceso nuestros ancestros para interrumpir sus plácidos sueños? A un teléfono móvil.
Apaga el móvil
El cerebro necesita luz tenue para saber que se acerca la noche y dar la orden para que se empiece a producir melatonina. Lo que no ocurre con la luz azul de las pantallas, ya sea del móvil, la tablet, el ordenador o la televisión, que como ha observado la Universidad de Tubinga produce un efecto similar al de la luz natural.
Tampoco ayuda que el cerebro no esté lo suficientemente relajado tras tantas horas navegando por las redes sociales. Menos aún que el móvil se pase la noche pitando cada vez que llega un mensaje que, por supuesto, tienes que leer. ¿Quieres dormir del tirón? Nada de pantallas, cuando menos, en los 30 minutos previos a irte a la cama. Apaga el móvil.
Las preocupaciones que no te dejan dormir
El segundo factor son las preocupaciones. Concretamente, las financieras, para lo que los autores citan la crisis económica que asoló a Estados Unidos en los años finales de hace dos décadas. Pero no es, ni mucho menos, un problema exclusivo del gigante norteamericano: la Universidad de Groninga ha demostrado que esta recesión también conllevó un aumento de los trastornos del sueño en distintos países europeos, incluida España.
Menos tiempo que dedicar al descanso
No hay dos sin tres, si bien el último factor está directamente relacionado con el anterior. Y es que como consecuencia de la crisis económica, también han aumentado para muchas personas de mediana edad las responsabilidades en el apoyo y cuidado de unos hijos que, por lo general, tardan más tiempo en dejar el hogar familiar.
Como concluyen los autores en su trabajo, «las responsabilidades del cuidado no sólo pueden conllevar un menor tiempo y recursos que poder dedicar al sueño, sino también un mayor estrés, lo que en su conjunto socava la calidad y duración del descanso».
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