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Sueño

Sueños lúcidos: por qué recuerdas todo lo que sueñas y cómo evitar que afecten a la calidad de tu descanso

Los sueños lúcidos son la forma en la que el cerebro procesa las emociones vividas durante el día mientras dormimos. Pero no hay que preocuparse: forman parte de un sueño saludable.

Por Marcos López

5 de febrero de 2024 / 14:00

Tras una jornada intensa y llena de emociones, lo que más apetece es meterse en la cama en busca de un sueño reparador. Pero todo lo que ha ocurrido durante el día se refleja, inevitablemente, en cómo se duerme por la noche. Es cuando la mente asimila todo lo que ha ocurrido. Así que no es de extrañar que tus sueños sean realistas y parezca que hasta lo vives. No, no hace falta que te pellizques: estás teniendo un sueño lúcido. Y tu cerebro te quiere decir algo.

Los sueños lúcidos, o vívidos, constituyen una experiencia más inmersiva que los sueños normales. Sus imágenes, sensaciones o emociones son tan realistas que cuesta diferenciarlos de lo que ocurre durante la vigilia. Además, no siempre son agradables, y su intensidad hace que sea mucho más probable que los recuerdes una vez despiertes.

Por qué se producen los sueños lúcidos

Y estos sueños vívidos, ¿los tiene todo el mundo? Pues sí. Como explica la psicóloga clínica Elena Jiménez, «con independencia de su intensidad, los sueños ayudan al cerebro a procesar la información y las emociones». Por tanto, estos sueños lúcidos también pueden considerarse parte de un sueño saludable, por lo que no hay ninguna razón para preocuparse.

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Los sueños lúcidos, como todos los demás, suelen ocurrir durante la fase REM, en la que el subconsciente procesa la información que ha recibido a lo largo de la jornada. Así que si el día ha venido cargado de emociones, sobre todo si estas no han sido del todo positivas, es muy probable que la noche venga acompañada de sueños vívidos.

La experta en Psicología apunta que «cuando una persona experimenta emociones intensas o, incluso, amenazadoras, el cerebro continúa procesando estos recuerdos durante el sueño». En este caso, en forma de un sueño lúcido.

Sin embargo, la jornada no ha sido tan intensa como tantas otras en las que pudiste dormir del tirón sin que tu cerebro bañara tu sueño con un drama o una película de terror. ¿Dónde está la diferencia? Pues es posible que haya habido ciertos detonantes que te empujen a vivir un sueño vívido. Entre otros, un mayor nivel de estrés, algunos cambios hormonales, el consumo de alcohol o la falta de sueño –que aumentará, y mucho, el riesgo de sueños vívidos en las siguientes noches.

Qué hacer para mejorar la calidad del sueño a pesar de los sueños lúcidos

Lo que quieres es que tu cerebro desconecte. De no descansar adecuadamente, es posible que la noche de mañana, tras una jornada de somnolencia y de estrés que no consiguió mitigar el abrazo de Morfeo, vuelva a llenarse de sueños lúcidos. Y aunque no se sabe qué hacer para desterrarlos para siempre, aquí tienes unos sencillos consejos para mejorar la calidad de tu sueño y, así, reducir la frecuencia y la intensidad de esos sueños tan realistas:

Higiene del sueño

Trata de mantener un horario de sueño regular, creando para ello un entorno agradable, por ejemplo con una iluminación relajante, y evitando toda actividad estresante en las horas previas a irte a la cama.

Controla el estrés

No limites las técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, a las últimas horas del día. Tan solo 10 minutos diarios de mindfulness son suficientes para reducir tu estrés y mejorar tu calidad de sueño.

Cuida tu alimentación

Hay algunos alimentos que, como las especias picantes, la cafeína o el alcohol, dificultan, y mucho, que logres ese descanso que tanto necesitas. Así que trata de evitarlos en tus comidas o, cuando menos, en la cena.

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Revisa tu botiquín

Hay algunos medicamentos muy comunes que, como algunos analgésicos, antibióticos y antidepresivos, alteran el equilibrio de los neurotransmisores. Y estos mensajeros químicos que utilizan las neuronas del cerebro para comunicarse entre sí son los que facilitan y posibilitan el sueño REM. Así que, indica Elena Jiménez, «si tus sueños intensos son más habituales de lo que deberían, quizás la causa se encuentre en la medicación que estás tomando». Háblalo con tu médico.

¿Sigues teniendo con frecuencia sueños intensos que interfieren con tu descanso? Es el momento de buscar ayuda profesional. La terapia cognitivo conductual te ayudará a recordar ese sueño desagradable una vez estés despierta, lo que te permitirá cambiar el final por otro más placentero. Y a base de visualizar una y otra vez este final en tu mente, te resultará más fácil introducirlo en el sueño en caso de que vuelva a repetirse.

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