Mascarillas vulvares: por qué no son la mejor idea para mantener la zona íntima joven a partir de los 50

Cuidar la zona íntima ha dejado de ser tabú. O, al menos, cada vez más mujeres hablan de ello, como de la menopausia, sin tapujos. Hemos visto a rostros conocidos como Loles León, Mariló Montero o las internacionales Kim Kardashian y Jada Pinkett Smith explicar públicamente que han recurrido a los tratamientos con láser para rejuvenecer la zona vaginal. O a Halle Berry explicando en una entrevista la importancia de usar un buen lubricante (de hecho, acaba de lanzar uno de su marca de bienestar femenino, Respin). Estos ejemplos son una buena noticia. Pero, como advierten ginecólogos y dermatólogos, no todo vale al tratarse de esta zona. Es lo que sucede con las controvertidas mascarillas vulvares.

Conocidas también por su nombre en inglés, vulva masks, desde hace unos años estos cosméticos viven cada cierto tiempo un momento de gloria. El más reciente estuvo relacionado, como no podía ser de otra manera, con TikTok e Instagram. Las redes sociales viralizaron este producto al ponerse a la venta en nuestro país en una conocida tienda de precios más que ajustados. Si bien este tipo de fórmulas existen desde hace tiempo en el mercado coreano y en el catálogo de algunas marcas premium, el hecho de encontrarlas en nuestro país a menos de 5 euros desencadenó su fama. Especialmente entre las mujeres de más de 45 o 50 años, que lo vieron como una opción más de rejuvenecer su zona íntima.

Una zona especialmente delicada

Sin embargo, el boom de las mascarillas vulvares ha de cogerse con pinzas. Para empezar, como advierte la doctora Celia Marcos, ginecóloga especialista en menopausia y ginecología regenerativa de Máxima, la vulva no tiene nada que ver con la cara, donde estamos acostumbrados a probar un cosmético tras otro. «Es especialmente delicada, sobre todo por su proximidad a la uretra y a la vagina», explica. Y añade que «en función de los ingredientes de la fórmula podría alterar la microbiota vaginal y romper su equilibrio, modificando la cantidad de lactobacilos y el pH, lo que llegaría a desencadenar la aparición de infecciones tanto vaginales como urinarias«.

TE PUEDE INTERESAR

Cómo elegir el hidratante íntimo más adecuado durante la menopausia

Un orgasmo semanal: la clave para mantener el suelo pélvico en forma durante la menopausia

Además, «el área genital es una parte muy sensible que puede reaccionar con irritación o dermatitis ante el uso de determinados productos», advierte la doctora Belén Gómez, ginecóloga del Hospital Infanta Leonor y colaboradora de Chilly. Las alergias, picores y enrojecimiento también son bastante frecuentes en la piel de esta zona, donde no hay que olvidar que también se encuentran glándulas sudoríparas y secretoras.

¿Cómo y para qué usar las mascarillas vulvares?

Las advertencias de los médicos no implican que haya que desterrar este cosmético del mercado. «Si se quieren usar, que sea con precaución, ya que no todo lo que existe es seguro», apunta la doctora Marcos. El primer aspecto a tener en cuenta es el producto en sí mismo. Los expertos insisten en recurrir a marcas con recorrido y especializadas en higiene íntima femenina, así como evitar a toda costa los ingredientes irritantes (como ácidos o exfoliantes agresivos), los perfumes y el alcohol. Por el contrario, deberían incluir agentes calmantes, hidratantes y, por supuesto, hipoalergénicos. Otro punto clave es el modo de uso. «Este tipo de mascarillas suelen estar diseñadas para aplicarse sobre el monte de Venus, ingles y labios vulvares», afirma la colaboradora de Chilly. Pero ambas doctoras subrayan que no deben ponerse nunca en la vagina, ni en el interior de los labios, ni en la uretra.

En cuanto a los efectos también toca matizar. La mayor parte de ellas promete hidratar, alisar, blanquear y, en definitiva, rejuvenecer toda la zona vaginal. «Es algo falso, sí aportan hidratación y limpieza, pero no proporcionan tensión ni colágeno dentro de los tejidos como lo haría un tratamiento médico estético», zanja Belén Gómez. Según la ginecóloga no hay evidencia científica acerca de la necesidad o los beneficios de recurrir a las vulva masks. En su opinión, es más probable que aparezcan molestias, infecciones, alteraciones en la lubricación y otros aspectos relacionados con la salud genital.

Los tratamientos y productos que sí cuidan la zona íntima

Pese a que quede claro que las mascarillas vaginales no son la mejor idea, el interés por cuidar y mejorar la vulva es una realidad. «Es cierto que cada vez es menos tabú y forme parte de conversaciones normales. Es positivo que busquemos soluciones si algo notamos que no va bien», sostiene la experta de Máxima. En su opinión, «la mujer ha de recurrir a técnicas seguras y eficaces para mejorar la zona del cuerpo que crea conveniente con el único objetivo de sentirse bien consigo misma y de mejorar su calidad de vida». La buena noticia es que esos procedimientos existen, son cada vez más conocidos, seguros y eficaces. Las doctoras mencionan el láser vaginal, la radiofrecuencia o las inyecciones intravaginales de ácido hialurónico, colágeno o plasma rico en plaquetas. 

Todos estos procedimientos, además de tener efectos funcionales (para tratar, sobre todo, el síndrome genitourinario en menopausia), tienen también una vertiente estética. Ya que funcionan en casos de tamaño prominente de los labios mayores o menores, laxitud vaginal, flacidez cutánea en la zona… También existen tratamientos tópicos, como los hidratantes íntimos, que ayudan a mantener la zona en perfecta forma. En última instancia, a cumplir años sintiéndose mejor en todos los aspectos.