Un orgasmo semanal: la clave para mantener el suelo pélvico en forma durante la menopausia

Cuando se habla de los síntomas de la menopausia, estamos acostumbrados a escuchar que el ejercicio de fuerza es innegociable para prevenirlos. Que la alimentación se debe adecuar a esta etapa. Que la terapia hormonal es una gran opción para las candidatas que la necesiten. O que existe una gran variedad de complementos alimenticios –omega 3, cimifuga racemosa, magnesio…– para que esos signos sean más llevaderos. A esa lista hay que sumar otra tarea: disfrutar de un orgasmo semanal.

Hace ya unos meses, cuando la farmacéutica Marta Masi –cofundadora de El Club de la Menopausia– participó en el encuentro ASISA WeLife Menopausia, presentó un cuadro con los síntomas más comunes durante la perimenopausia y menopausia, así como las recomendaciones para tratarlos. En él aparecían detallados la lista de suplementos más recomendados; consejos de estilo de vida y un último tip: tener un orgasmo semanal. «Es súper necesario concienciar de que disfrutar de ello favorece la lubricación y mejora dolores musculares del suelo pélvico», sostiene Masi. Y añade, «si además lo combinamos con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, mejorará mucho la calidad de vida de las mujeres durante esta época de su vida».

Qué le sucede al suelo pélvico en menopausia

El hecho de recomendar ese orgasmo especialmente en menopausia se debe a que durante esta etapa el suelo pélvico sufre especialmente. Por un lado, es probable que la mujer haya pasado por algún embarazo. Por otro, «tanto los cambios hormonales como los procesos vitales y los hábitos de vida influyen en la salud de esta zona durante la menopausia», explica María Pérez, fisioterapeuta experta en suelo pélvico colaboradora de Intimina. «Hay que tener muy en cuenta que, en ese momento, el suelo pélvico tiene menor capacidad de sostén, mayor riesgo de atrofia y de contracturas, incluso casos de vaginismo en los que es muy necesario estimular de manera gradual la penetración», detalla Masi.

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El problema es que si no se cuida la salud del suelo pélvico pueden aparecer todo tipo de problemas. «Pérdidas de orina, prolapsos (hernias vaginales), dolor en las relaciones sexuales, dificultad, e incluso, imposibilidad para llegar al orgasmo o disminución en la sensibilidad vaginal o vulvar…», enumera María Pérez, que es fundadora de La Pelvis Revolution. Por todo ello, mantener el suelo pélvico en forma es vital. Que se pueda hacer con algo tan placentero como un orgasmo es, además, una gran noticia.

El clímax: un entrenamiento muscular

La clave para que el clímax ayude a mantener el suelo pélvico en forma es meramente muscular. «Se dice esto precisamente por las contracciones reflejas que se dan durante el mismo», explica la fisioterapeuta. Estas contracciones, que según los estudios duran entre 13 y 51 segundos, activan a su vez los músculos pubococcígeo, el puborectal y el iliococcígeo, principales componentes de la estructura del piso pélvico. En definitiva, como ilustra la experta, «actúan como un ejercicio que puede ayudar a mantener la fuerza y el tono muscular. Además, la actividad sexual regular puede mejorar la circulación sanguínea en la región pélvica, lo que también beneficia la salud del tejido muscular y conectivo».

Una relación de ida y vuelta

La relación entre suelo pélvico y orgasmos es bidireccional. Es decir, por un lado, los orgasmos regulares ayudan a que esos músculos se mantengan en forma. Por otro, un suelo pélvico tonificado es fundamental para mejorar la calidad de las relaciones sexuales. En otras palabras, «es posible aumentar el placer trabajando el suelo pélvico«, resume María Pérez. La explicación tiene que ver, de nuevo, con los músculos. En el plano superficial de este conjunto muscular se encuentran el el isquiocavernoso y el bulbocavernoso, que rodean el clítoris y contribuyen a su erección. En el plano profundo, el elevador del ano (compuesto por los ya mencionados pubococcígeo, iliococcígeo y puborectal) genera las contracciones.

Por tanto, si está tonificado favorece un orgasmo más intenso y que se alcanza con mayor facilidad. De hecho, el propio Arnold Kegel, ginecólogo estadounidense que inventó los ejercicios que llevan su nombre, ya determinó en los años 40 que cuatro de cada 10 de sus pacientes con anorgasmia –imposibilidad de alcanzar el orgasmo– tenían algo en común: un suelo pélvico muy debilitado.

Cómo tonificar el suelo pélvico en menopausia

La colaboradora de Intimina menciona los ejercicios de Kegel («contracciones pautadas del suelo pélvico de forma personalizada», aclara) como una buena manera de «mejorar la fuerza, la sensibilidad, la conciencia corporal de la zona y la circulación sanguínea en la región pélvica». Se pueden realizar con ejercitadores específicos que detectan la fuerza de la musculatura y adaptan programas de series y repeticiones adecuados para cada mujer. También son de gran ayuda los masajeadores o vibradores pélvicos que ayudan a trabajar el tono. Los ejercicios hipopresivos, el método 5P, el masaje perineal, la electroestimulación, radiofrecuencia… son, siempre guiadas por un profesional, otras herramientas que ayudan a cuidar la salud de la zona. «Todas estas técnicas proporcionan un aumento del control muscular que puede intensificar las sensaciones durante el clímax», apunta la experta.

Otros beneficios de un orgasmo semanal

Pero no todo es suelo pélvico. Disfrutar del sexo –sola o en compañía– de forma regular tiene muchos otros beneficios para la salud descritos por la ciencia. Para empezar, al experimentarlo, el cerebro recibe una descarga de hormonas del bienestar (dopamina, oxitocina y serotonina). Algo que, además de hacernos sentirnos mejor, puede contribuir a disminuir los niveles de estrés e inducir al sueño.

Más puntos a favor: los orgasmos pueden aumentar la frecuencia cardiaca a los mismos niveles que subir dos tramos de escaleras, con el consiguiente beneficio cardiovascular. E, incluso, estudios recientes han determinado que el 60% de las mujeres con migraña notaron una importante reducción de los síntomas al alcanzar el clímax sexual durante un ataque. Así que, visto lo visto, como animaba Marta Masi en su presentación, «hay que ponerse cuanto antes a ello».