¿Por qué se vuelve más débil el pelo a partir de la menopausia?

A lo largo de su vida, la mujer cuenta con diversas ocasiones para comprobar la línea directa que existe entre las hormonas y el cabello. De hecho, no sólo podemos hablar de cambios en el pelo a partir de la menopausia. Si ha tenido hijos es probable que durante el embarazo pudiera presumir de una melena radiante que, meses después, desaparecería a causa de una caída significativa. También lo habrán notado al tomar –o abandonar– la píldora anticonceptiva, o quienes sufren de Síndrome del Ovario Poliquístico o problemas de tiroides.

La relación es tan estrecha que incluso se pueden percibir cambios en función del momento del ciclo menstrual: al ovular está más brillante y saludable, mientras que durante la regla puede engrasarse y el cuero cabelludo sentirse sensible. Lo común a todas esas situaciones es que son temporales: cuando pasan, el cabello retoma su aspecto. El problema, cuando llega el climaterio, es que ya no hay vuelta atrás.

El ciclo capilar cambia

El principal motivo de los cambios que sufre el pelo en menopausia está relacionado con la caída de estrógenos. “Estas hormonas favorecen el crecimiento del cabello, ya que son fundamentales para la fase anágena. Al disminuir, su duración se acorta, desencadenando diversas consecuencias”, explica la doctora Tamara Kueder Pajares, dermatóloga experta en tricología de la clínica online AIP Clinic. Pensemos que en en la fase anágena, el pelo crece, de media, un milímetro cada tres días. Pero según caen los estrógenos, ese proceso no llega ni a concluirse, dando paso a la fase telógena, durante la cual el cabello termina por caer.

TE PUEDE INTERESAR

7 consejos y otros tantos productos bio, veganos y sostenibles que darán luz y salud a tu pelo

Así cambia el cerebro en la menopausia por la bajada de estrógenos

A esta ralentización del crecimiento hay que sumar otros cambios estructurales muy importantes. «La reducción de estrógenos también afecta a la textura del cabello, haciéndolo más fino y frágil. Y, por tanto, se romperá más fácilmente», añaden las farmacéuticas Mencía Hermosa e Inmaculada Vicente, de Farmacia Lisboa. Las expertas señalan otros aspectos comunes en el pelo a partir de la menopausia: «menos volumen; afinamiento; falta de brillo; aumento de la sensibilidad y sequedad en el cuero cabelludo… Incluso la menopausia puede acelerar la aparición de canas debido a la disminución de la producción de melanina».

¿Se cae más el pelo a partir de la menopausia?

Todos los aspectos mencionados hasta ahora pueden ser preocupantes, pero lo que realmente preocupa durante esta etapa es pensar en una caída llamativa. Lo cierto es que es un problema bastante frecuente. «Puede variar desde un adelgazamiento leve de la fibra capilar hasta una caída más significativa», asegura la doctora Kueder. En concreto, se refiere a que, según los últimos estudios, «alrededor del 40% de las mujeres experimentan alopecia androgenética (o androgénica)  durante la menopausia». Este tipo de caída -conocida también como calvicie común- se traduce en un adelgazamiento de los tallos y una miniaturización progresiva del folículo.

Este tipo de caída, típicamente masculina, sucede, como explican las farmacéuticas, «porque con la disminución del estrógeno, los niveles relativos de andrógenos (hormonas masculinas) pueden aumentar. Estos también pueden acortar la fase de crecimiento del ciclo del cabello, lo que lleva a este tipo de caída». El patrón, sin embargo, es diferente: en los hombres pueden encontrarse áreas sin nada de pelo, mientras que en las mujeres es más raro que se dé así. «Lo más frecuente es que se produzca en forma de árbol de navidad, es decir, respeta la línea de implantación capilar frontal, teniendo menos densidad en la zona interparietal y, sobre todo, en la zona media», ilustra la dermatóloga. Y añade que durante la menopausia, especialmente en mujeres que viven este proceso de forma precoz (14% frente al 6% de la población general), se puede dar una alopecia frontal fibrosante. «Con pérdida de pelo de las cejas junto con retroceso de la línea frontal de nacimiento de forma irreversible».

Un enfoque integral para cuidar el cabello

Dado que los problemas de pelo a partir de la menopausia tienen que ver con diversos factores (está el hormonal, pero hay que sumar el propio envejecimiento cronológico, el estrés etc), el enfoque para mantener la salud capilar ha de ser integral. En primer lugar, toca adaptar la rutina cosmética. Mencía Hermosa e Inmaculada Vicente recomiendan elegir un champú con detergentes suaves y, a ser posible, fortificante. «También es buena idea utilizar un acondicionador con activos reparadores, como la proteína hidrolizada y algunos aminoácidos, y un aceite pre-champú, para proteger nuestra fibra capilar a modo de chubasquero y evitar la entrada excesiva de agua que la debilita».

Además, resulta fundamental cuidar el pelo desde dentro. Mantener una dieta saludable y variada resulta innegociable. Marta León, experta en salud hormonal femenina, insiste en que «seguir una alimentación equilibrada y nutritiva es esencial para el cuidado del cabello antes y después de los 40. Pero es que además, a partir de esta edad y sobre todo, en torno a los 50 años es crucial para fortalecer el cabello«. Ella le da especial relevancia a los alimentos ricos en vitamina A, como los de color anaranjado (calabaza, zanahoria, caqui, boniato, mango…); los ricos en hierro, como los huevos, las legumbres o el pescado azul y biotina, también presente en los huevos de forma natural.

Una ayuda nutricosmética para el pelo a partir de la menopausia

Si bien, lo ideal es seguir esa dieta equilibrada y variada, no siempre es posible. Ni siempre es fácil obtener todos los nutrientes desde el plato. «Por eso, la nutricosmética puede ser un aliado importante en esta etapa», asegura la doctora Kueder. Ella apuesta por «suplementos que contengan biotina, zinc, vitamina D, ácidos grasos y colágeno. Además, la melatonina también es interesante por su papel antioxidante y su poder para poder alargar la fase anágena».

El Omega 3 es uno de los más recomendados. Además de su demostrada eficacia para proteger la salud cardiovascular y mejorar la función cognitiva «puede ayudar a reducir la inflamación del cuero cabelludo (mejorar la sensibilidad), mantener la hidratación y el brillo en la fibra capilar y fortalecer los folículos pilosos, lo que es particularmente útil durante la menopausia», resumen las titulares de Farmacia Lisboa. Por último, no hay que dejar de visitar al dermatólogo. Si el problema es persistente puede que complete estos consejos con la prescripción de un fármaco como el minoxidil, que se puede administrar por vía oral o tópica. «Por supuesto, no hay que olvidarse de aspectos tan básicos como mantener el descanso, gestionar el estrés y practicar ejercicio regular. Tres pilares fundamentales para afrontar cualquier cambio durante la menopausia», resume Marta León.