
La disminución de estrógenos afecta de forma directa a las encías, por eso es fundamental mantener las revisiones en el odontólogo. Foto: Pexels.
SALUD HORMONAL
Así pueden afectar los cambios hormonales de la menopausia a la salud dental
Inflamación de encías, alteraciones en el gusto, boca seca... El descenso de estrógenos y los cambios en la microbiota oral se encuentran detrás de los síntomas bucodentales de esta etapa.
05 DE MAYO DE 2025 / 17:00
Se suele decir que es la mejor carta de presentación. Pero lo que no saben muchas mujeres es que a partir de los 40 años su sonrisa puede cambiar a peor. En concreto, el 84% de las mayores de 50 no sabe que la menopausia también afecta a su salud dental, según una encuesta del instituto de investigación Delta Dental. Sin embargo, el desequilibrio hormonal propio de esta etapa unido al hecho de cumplir años se traduce en diversos problemas bucodentales. En definitiva, como afirma Pilar Pariente Rubio, responsable departamento asistencial y laboratorio ASISA Dental, «se afecta la salud de las encías, los dientes y de la boca en general».
Por un lado, la caída de estrógenos afecta de forma directa. «Esta disminución conlleva también un descenso de la masa ósea que puede provocar un avance de enfermedad periodontal y consecuente pérdida de piezas», advierte la experta. Además, aparecen otros síntomas relacionados con el baile hormonal, como la típica sequedad bucal, así como con las alteraciones en la microbiota oral, que pueden conducir a infecciones, inflamaciones…
Xerostomía, el síntoma más típico e incómodo
También conocido como síndrome de la boca seca, esta desagradable sensación es una de las más frecuentes entre las mujeres que llegan a la menopausia. Se calcula que afecta a una de cada tres. ¿La principal razón? Además de la edad, la caída de estrógenos, «que ocasiona que se dé también un descenso en la producción de saliva«. No sólo se trata de un síntoma realmente incómodo, a la hora de hablar en público, por ejemplo, sino que también tiene consecuencias sobre la salud dental. «La saliva es un fluido básico para neutralizar los ácidos en boca, así como para limpiar restos alimenticios. Sin la cantidad suficiente, se es más susceptible de padecer caries e infecciones bucales«, explica Pariente.


Beber mucha agua e infusiones ayuda a aliviar la xerostomía. Del mismo modo es importante evitar el tabaco, el alcohol y los alimentos dulces o picantes. La experta de ASISA también recomienda ingerir alimentos muy hidratantes como el pepino, la sandía, el apio o el melón, o recurrir puntualmente a caramelos y chicles sin azúcar que fomentan la producción de saliva. «En farmacia hay productos que funcionan como sustitutos de la saliva en forma de geles y aerosoles y otros que contienen xilitol que pueden ser también de gran ayuda», añade. La suplementación con omega 7 (espino amarillo) es otra buena aliada.
Otros problemas de salud dental en menopausia
El listado de patologías y cambios en la salud dental relacionados con la perimenopausia y menopausia es sorprendentemente extenso. Algunos como las enfermedades periodontales son más evidentes ya que el adelgazamiento de tejidos propio de esta etapa también afecta a las encías. «Lo que provoca que sean más susceptibles a inflamarse y generar problemas de dolor y sangrado». Otras alteraciones habituales son los cambios en el gusto; la sensibilidad dental, la pérdida de piezas o el síndrome de la boca ardiente (una sensación de quemazón e irritación sin síntomas aparentes).
Otro aspecto destacable es el relacionado con la microbiota y mucosa oral. Del mismo modo que sucede en la piel o en la vagina, la población de bacterias de la boca puede modificarse a raíz de los cambios hormonales. Esta disbiosis puede traducirse en un mayor riesgo de lesiones como llagas, úlceras, infecciones…
Una cuestión de edad
Algo que no se puede obviar es la estrecha relación entre salud dental y el envejecimiento. Si bien al tratar la menopausia hablamos de mujeres entre 45 y 55 años, hay que recordar que los dientes empiezan a envejecer en el mismo momento que nos salen. Con la edad tienen tendencia a padecer desgaste y sufrir alteraciones en el esmalte y la dentina, volviéndolos más proclives a la caries, el oscurecimiento…
También puede darse apiñamiento o movilidad de algunas piezas. «Al fin y al cabo, la boca no está exenta del paso del tiempo y prueba de ello, es la disminución de la saliva, pérdida de soporte óseo y dental y adelgazamiento de las encías que puede desembocar en inflamación y gingivitis», asegura la experta.
Adaptar el cuidado bucal a cada momento
Queda claro, por tanto, que las mujeres de más de 45 años deben dedicar especial atención a su salud bucodental. Acudir al dentista dos veces al año es fundamental para prevenir las patologías citadas. Además, como aconseja Pilar Pariente, es importante revisar y modificar determinados hábitos:
- Cuidar la higiene bucal: debido a los cambios que se manifiestan es importante cepillarse los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental y colutorios ricos en flúor.
- Mantener la hidratación: para evitar la sequedad bucal es importante hidratarse y beber mucha agua para evitar disminuciones de la saliva y alteraciones en la microbiota.
- Protegerse de la sensibilidad dental: usar productos y dentífricos especializados en sensibilidad como los que contienen nitrato de potasio o flúor.
- Usar dentífricos específicos: se puede optar por los reforzados con flúor, los antimicrobianos (con triclosán y zinc), naturales de efecto calmante o con hidratación adicional.
- Vigilar la alimentación: algunos alimentos ayudan a prevenir problemas en la salud bucal como los ricos en calcio (leche, tofu, almendras…), en vitamina D (pescados grasos y huevos), fósforo (pollo, nueces, legumbres) y magnesio (frutos secos, aguacates, espinacas y plátanos).
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