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Anne Hathaway forma parte del cada vez más numeroso grupo de celebrities que han elegido no beber alcohol y lo han compartido públicamente. Foto: @annehathaway
CUERPO
De la salud al bienestar mental o la sensación de libertad, son muchos los motivos que conducen a despedirse del alcohol. Una sobriedad escogida por la que apuestan cada vez más personas.
17 DE OCTUBRE DE 2024 / 14:27
Ha bastado una canción –en realidad, una sola estrofa– para que las redes sociales dejen claro que cada vez hay más abstemios. Los versos «Ya no bebo, ya no fumo, no consumo y lo presumo», pertenecientes a Omega, la canción de Rosalía con Ralphie Choo, han destapado el creciente boom de la sobriedad. No es posible saber si hay mucho o poco de confesión en la frase (tras el lanzamiento, la cantante ha aparecido varias veces cigarro en mano). Pero, lo cierto, es que ha provocado una cascada de sinceridad en X, Instagram o TikTok, donde muchos usuarios han compartido públicamente los meses –o años– que llevan sin beber una gota de alcohol.
La anécdota no es baladí. Sobre todo si tenemos en cuenta que el 95% de la población española de entre 15 y 64 años ha consumido una bebida alcohólica alguna vez en su vida. Lo dice el Ministerio de Sanidad en su último Informe EDADES. Que ofrece otro dato para pensar: si cerramos el periodo al último mes, el porcentaje se mantiene en un destacable 73%. Sin embargo el consumo diario parece disminuir, ya que se ha reducido a más de la mitad desde los años 90.
Junto a la gran cantidad de anónimos que están hablando de su experiencia en el lado abstemio, cada día hay también más celebrities que exponen abiertamente su vida sin copas. Entre ellos encontramos casos de famosos que tuvieron graves problemas de dependencia con el alcohol. Miley Cyrus, Bradley Cooper, Megan Fox, Brad Pitt, Ben Affleck o Eva Mendes son algunos de los más conocidos. Pero también hay algunos que, simplemente, tomaron la misma decisión como parte de un nuevo estilo de vida. Como la actriz Anne Hathaway, que contó en una entrevista que estará sobria hasta que su hijo cumpla los 18 años para ofrecerle un tiempo de calidad. Blake Lively, Lucy Hale o Gisele Bündchen también han hablado en los medios en varias ocasiones de que llevan años sin beber porque ni les gusta ni se sienten bien al hacerlo.
El boom de la sobriedad voluntaria se remonta a unos tres o cuatro años atrás. En Estados Unidos, donde a todo ponen etiqueta, se conoce a este movimiento como sober curious. Un juego de palabras entre sobrio y curioso con el que la periodista y escritora Ruby Warrington dio nombre en 2018 a esta tendencia en su libro Sober Curious: The Blissful Sleep, Greater Focus, Limitless Presence, and Deep Connection Awaiting Us All on the Other Side of Alcohol (en Amazon). El subtítulo de la cubierta ya lo dice todo. “El maravilloso sueño, la mayor capacidad de concentración, la presencia ilimitada y la profunda conexión que nos espera a todos al otro lado del alcohol”.
Para la autora, «se trata de una extensión más de la revolución wellness. Nos preocupamos por comer bien, meditar, hacer ejercicio… Sería un contrasentido ignorar el efecto negativo del alcohol en nuestro bienestar”. Por su parte, Geoffrey Molloy, cofundador del proyecto Vivir despierto, defiende la parte liberadora de dejar atrás las cervecitas y el vino. En su libro Cero, cero. Las siete verdades sobre el alcohol que cambiarán tu vida para siempre (Roca Editorial), insiste en ello. «El gran beneficio de los abstemios es poder experimentar verdadera alegría. Vivirás con más energía, valor, tranquilidad y vitalidad». Un objetivo que comparte con otras tendencias actuales como la comida real y saludable, el mindfulness o la meditación.
Más allá de todas las sensaciones que mencionan ambos autores, eliminar el alcohol de nuestra dieta demuestra cada día tener más beneficios. O, dicho de otro modo, la ciencia está dejando claro que, como insiste Molloy, «no hay ningún beneficio en beber«. Uno de los mayores estudios publicados recientemente en la prestigiosa revista médica The Lancet determinó que no hay un nivel seguro al hablar de ingesta de alcohol. En el informe se recogía que esta sustancia condujo a 2.8 millones de muertes mundiales en 2016. Además, está considerado como el tercer factor de riesgo más importante de muerte prematura y discapacidad.
Pese a todo, el 18% de los españoles sigue pensando que «sin pasarse es saludable». Es más, durante años, algunos médicos recomendaban tomar una copita de vino al día. Desde la Sociedad Española de Cardiología aclaran que el vino, sobre todo el tinto, es rico en polifenoles, un antioxidante con propiedades antinflamatorias. Pero, insisten, «en ningún caso hay que tomarlo como un medicamento. Y siempre teniendo en cuenta edad, estado de salud, estilo de vida, etc». Algunos estudios señalan que ese pequeño beneficio puede darse en relación al riesgo de enfermedades cardiovasculares si tienes entre 50 y 60 años. Sin embargo, ha quedado demostrado que los riesgos superan cualquier ventaja.
En las páginas de Cero, cero se pueden encontrar infinidad de beneficios de dejar el alcohol de lado. Geoffrey Molloy puede hablar de ello con conocimiento de causa. Él mismo decidió, a finales de los 90, que «el alcohol no hacía nada por mí y no había nada que sacrificar al abandonarlo». El mismo tiempo, prácticamente, que lleva trabajando con personas que quieren decir adiós al tabaco, las copas, otras drogas o la ansiedad. Una trayectoria que le ha llevado a recoger las principales razones para sumarse al equipo de los abstemios.
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