Amor o manipulación: señales para detectar que te están haciendo chantaje emocional

‘¿Vas a salir con tus amigas y me vas a dejar solo?’. ‘Esa falda no es lo que mejor te queda, pero haz lo que quieras’. ¿Te suena alguna de estas frases? Si la respuesta es sí, quizá estés sufriendo chantaje emocional y no te des cuenta. «El chantaje emocional es una forma de comunicación que persigue la manipulación de una persona sobre otra haciendo uso del miedo, la obligación y la culpa», explica Federica Salerno, psicóloga de Unobravo. La Dra. Susan Forward fue la pionera en usar este término en su libro de 1997, Chantaje emocional: cuando las personas utilizan el miedo, la obligación y el sentimiento de culpa para manipularte.

«La manipulación emocional puede actuar de forma sutil, por lo que no siempre es fácil detectarla, y aunque habitualmente se asocia a las parejas, puede venir por parte de familiares, amistades o personas del trabajo», explica Salerno. Sea con intención de herir o sin ella, hay quienes ponen por delante sus prioridades dejándose por el camino tus sentimientos. ¿Y cómo identificarlo? «Los chantajistas suelen ser muy hábiles en identificar las vulnerabilidades y debilidades de otras personas y en explotarlas para lograr sus objetivos», advierte. Pero no sólo eso, sino que también suelen tener un carácter posesivo y un comportamiento victimista cuando el resto no responde a sus exigencias.

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Las seis etapas del chantaje emocional

Según explica la Dra. Forward en su libro, el chantaje emocional se desarrolla a través de seis etapas:

1. Demanda: la primera etapa del chantaje emocional implica una demanda explícita o sutil. «La persona manipuladora puede exigir a otra que deje de realizar algo que solía hacer o utilizar el sarcasmo o el silencio para dar a entender que no aprueba la conducta», explica Salerno. Las personas chantajistas pueden incluso expresar sus demandas disfrazadas de preocupación para tratar de influir en sus decisiones.
2. Resistencia: si la víctima no quiere hacer lo que la persona chantajista quiere, pasará a impedir que realice ciertas conductas. Al igual que sucede con la demanda, esta resistencia puede ser directa -manifestando con claridad que no se quiere actuar de acuerdo a ella- o indirecta -haciendo que la respuesta negativa sea entendida aún sin decirla-.
3. Presión: si la respuesta recibida de la otra persona es distinta a la esperada, quien chantajea no intenta comprender los sentimientos del otro, sino que presiona para que cambie de opinión. Las personas manipuladoras también tienden a acusar a quien no ha aceptado la demanda para tratar de generar sentimiento de culpa y conseguir así sus objetivos.
4. Amenazas: la manipulación emocional también puede implicar amenazas directas o indirectas. Una amenaza directa podría ser: «Si sales con tus amigos esta noche, no estaré aquí cuando regreses». Pero las amenazas directas son igual de dañinas: «Si no puedes quedarte conmigo esta noche que te necesito, tal vez alguien más lo haga…».
5. Cumplimiento: la víctima de chantaje emocional, llega un momento en el que se rinde para que el otro no cumpla con sus amenazas. Cuando cede y vuelve la calma a la relación, el chantajista puede premiar a la víctima con muestras de cariño, un refuerzo intermitente que engancha psicológicamente a la otra persona.
6. Repetición: finalmente, la víctima se da cuenta de que es más fácil cumplir las peticiones que enfrentarse a las presiones. Al mismo tiempo, la parte chantajista va descubriendo las técnicas de manipulación emocional que mejor le funcionan para conseguir sus objetivos y perpetuar el patrón.

Tipos de manipulación emocional

La manipulación psicológica puede adoptar diferentes formas, dependiendo de la relación que une a ambos individuos o del tipo de persona que sean. Federica Salerno apunta los tipos de manipulación emocional más frecuentes para que seas capaz de detectarlo:

– Victimismo: ‘Si me quisieras tanto como dices lo harías’, es la frase preferida del chantajista emocional victimista. «El chantaje emocional victimista es aquel en el que la persona utiliza la victimización como su principal herramienta. De este modo, se presenta como la parte débil y hace sentir a la otra persona como el malo», explica Salerno.

– Amenaza con autocastigarse: «El chantajista autocastigador hace sentir culpa con insinuaciones de que algo le ocurrirá y con amenazas a su propia persona», cuenta. Para ello, puede utilizar frases como: ‘Si no lo haces me volveré loco y a saber lo que soy capaz de hacer’.

– Jugar con el miedo: otra de las formas de manipulación emocional más frecuentes es la de provocar miedo y exponer las consecuencias de no ceder a su chantaje.

– Prometer algo: ‘Si haces esto por mí, nos iremos de viaje a…’. Este chantajista ofrece promesas que luego no cumplirá a cambio de acceder a sus deseos.

– Culpabilizar: este tipo de chantaje busca que la otra parte se sienta mal consigo misma para que acceda a sus deseos, «el llamado chantaje emocional silencioso«, explica Salerno. ‘Me ha salido mal porque no has sido capaz de ayudarme cuando no te costaba nada’, puede ser un ejemplo de este tipo de chantaje.

– Exigir algo a cambio: ‘¿Te acuerdas cuando te ayudé con la mudanza? Es tu turno de deolverme el favor’. Con una persona chantajista, ninguna acción es gratis. Cuando quiere algo, hace referencia a cosas que ha hecho en el pasado. En este caso estamos hablando de cosas materiales, lo que se conoce como chantaje emocional mercantilista.

– Gaslighting: ‘¿Ya estás otra vez? Eso no ocurrió así, siempre te inventas las cosas’. «El gaslighting es uno de los tipos de manipulación emocional más frecuentes y más grave y hace creer a la otra persona que se está teniendo mucha paciencia con ella ya que inventa recuerdos y no se acuerda de las cosas tal y como ocurrieron etc», explica Salerno. En realidad, este tipo de comportamiento es una técnica de manipulación mental para que la otra persona dude incluso de sus propios pensamientos.

– Invalidación emocional: ‘No se te puede decir nada, no es para tanto’. Con este tipo de frases, el chantajista emocional consigue invalidar tus sentimientos, restándole importancia a lo que está ocurriendo. También puede «decir algo hiriente y luego hacerlo pasar por una broma».