El entrenador personal Ramón Medina explica por qué entrenar la fuerza debería encontrarse entre las prioridades de la mujer cuando se avecinan cambios hormonales. Una cuestión de salud y bienestar.
Más del 10% de los bebés nacidos en España son de mujeres de más de 40 años. Este dato pone sobre la mesa una nueva forma de vivir la menopausia, donde los síntomas se combinan con la crianza.
La nutricionista Carla Romagosa defiende que la alimentación combinada con ejercicio puede tener la llave para acabar con los sofocos o el insomnio. Estas son sus pistas para conseguirlo.
Las amigas (las de siempre y las nuevas) son uno de los mejores apoyos para afrontar los síntomas relacionados con los cambios hormonales. La confianza es fundamental, pero hay más razones.
La llegada de esta etapa no tiene que ser el fin del placer, pero quizá sea el fin del sexo como lo conocías hasta ahora. Así lo sostiene Laura Cámara, matrona y sexóloga, en su libro Sexopausia.
Todo empieza con un pelo rebelde en el mentón y puede acabar en hirsutismo. El crecimiento excesivo del vello facial, que afecta a un 39% de las mujeres posmenopáusicas, aunque muy molesto, puede tratarse.
Con su su combinación de alimentos antiinflamatorios y ayuno intermitente, la dieta Galveston es el plan que mejor funciona para peder peso cuando ya estás en la menopausia.
Prometen un efecto rejuvenecedor, pero las vulva masks que se han hecho virales pueden comprometer la salud vaginal. Dos ginecólogas nos dan las claves de su uso y las alternativas más efectivas.
Algunos síntomas, como las pérdidas de orina, hacen que la autoestima se resienta en esta etapa. Pero, como explica la neurocientífica Ana Ibáñez, todo es cuestión de aprender a calmar al cerebro.
Esta disciplina activa el 90% de la musculatura, ayuda a controlar el peso, mejora la salud vascular y el bienestar en general. Quienes la practican aseguran que, además, engancha.
Casi un 90% de las mujeres nota cambios cutáneos (a peor) durante esta etapa. Aunque no hace falta modificar por completo la rutina, sí conviene adaptarla a las nuevas necesidades de la piel.