
Naomi Watts junto a Drew Barrymore presentando su libro "Me atrevo a contarlo", sobre su experiencia con la menopausia. Foto: @naomiwatts
SALUD HORMONAL
¿Has oído hablar del menowashing? El término que advierte que hablar de menopausia no debe ser una moda
Mientras la conversación social se centra en visibilizar esta etapa, algunos expertos alertan de los riesgos que puede suponer el convertir a la mujer de más de 45 en una estrategia de marketing.
26 DE FEBRERO DE 2025 / 14:00
Ocurre a menudo que pasamos del silencio al ruido informativo sin apenas darnos cuenta. Ha sucedido con términos como la sostenibilidad, la brecha salarial o, más recientemente, la menopausia. En 2020, la OMS arrojaba un dato esclarecedor: entre un 60 y un 70% de las mujeres que transitaban la etapa del climaterio en ese momento lo hacía sin conocimientos básicos sobre su impacto físico y psicológico. Sin embargo, en 2023 se registraron en España más de 202.000 menciones de la palabra menopausia en redes sociales (un 70% más que en 2021), según un estudio de ASISA. A escala mundial, solo en Instagram el hashtag #menopausia se repite más de dos millones de veces. Está claro que la conversación sobre este momento vital va perdiendo sus matices más oscurantistas.
Se organizan eventos, como ASISA WeLife Menopausia, que, por cierto, este año celebrará su segunda edición en diferentes ciudades. Se llenan titulares y portadas con esta palabra. Cada vez más famosas -de Naomi Watts a Michelle Obama pasando por Eva Hache o Nieves Álvarez- alzan la voz para visibilizar síntomas y desmontar mitos…Parece como si esta etapa, por la que ahora mismo están pasando más de siete millones de españolas -entre los 45 y 55 años-, hubiera salido por fin del armario. Todo esto solo podría ser una buena noticia. Sin embargo, en paralelo a esta nueva era, algunos expertos empezaron a hablar de menowashing, la cara B de este boom.
El riesgo del oportunismo
En su libro Menopower (Diana), la nutricionista y divulgadora Carla Romagosa advierte que «resulta preocupante el cariz que está tomando el hecho de que el tema de la menopausia esté de moda«. De hecho, expertas como Millie Kendall, CEO del British Beauty Council o Sarah Berry, doctora del King’s College de Londres, han acuñado el término menowashing. Un vocablo que nos hace pensar rápidamente en otros similares como el greenwashing o el pinkwashing, y que se refiere a la parte más negativa de que todo el mundo hable de menopausia.


«Es una expresión más del oportunismo que suele acompañar a fenómenos que se convierten en trending topic o mainstream», añade Esther Martínez, directora del grado en Enfermería de la Universidad Nebrija. En su opinión, deriva de la brusquedad del cambio en la conversación social. «Se ha pasado de un gran silencio y cierta estigmatización a una sobreexposición». El problema es que no estamos únicamente ante un bombardeo de información sino que puede conllevar otros riesgos. «El menowashing alerta, especialmente, sobre los productos y servicios que se proclaman para la menopausia, pero en realidad no lo son», subraya Romagosa. Como señala la autora, a nadie se le escapa que las mujeres de más de 45 años representan un segmento enorme (y jugoso) de mercado. Son, según Statista, las que más compran en Internet y uno de los perfiles que más gastan en bienestar y salud.
Consecuencias del menowashing
Las expertas insisten en que este fenómeno tiene varias consecuencias. Por un lado, Esther Martínez destaca que «lejos de generar un interés sostenido entre las mujeres, el repentino exceso de voces puede derivar en saturación y hastío«. Por otro, puede conducir a que algunas caigan en probar soluciones milagrosas o fórmulas mágicas, alejadas de cualquier evidencia científica. La cosmética y los suplementos alimenticios son uno de los ejemplos más claros. Porque no olvidemos que, como todo, la menopausia también tiene su parte económica.

«Muchas empresas se han puesto las pilas para ofrecer productos y servicios enfocados en transitar mejor por esta etapa. Pero, insistamos, la mujer no necesita solo pastillas. Dos millones de mujeres en España ven alterada su calidad de vida por estos cambios hormonales, por tanto, les hace falta algo más», insiste Carla Romagosa. Como alerta el menowashing, esta situación puede llevar a caer en una excesiva medicalización o en soluciones rápidas, y alejarse de un enfoque integral que incluya todas las dimensiones del estilo de vida: alimentación, ejercicio, gestión del estrés, descanso… Que han demostrado eficacia para mejorar los síntomas y prevenir o minimizar los riesgos de la caída estrogénica.
Por qué se habla tanto de menopausia
Pese a todo, el hecho de que la conversación cultural se haya fijado en la menopausia no tiene una motivación meramente económica. La atención hacia la salud reproductiva de la mujer ha ido avanzando en paralelo a la situación social. En los años 60 se centró en la píldora anticonceptiva, coincidiendo con su lanzamiento; mientras que a finales de los 70, se dedicaba al aborto, que no fue legal en España hasta 1985. Con el aumento de la esperanza de vida (actualmente, de 85 años para las españolas) ha entrado en juego el interés por el bienestar, la longevidad... Es decir, las mujeres son conscientes de que van a vivir más, pero lo quieren hacer en las mejores condiciones posibles.
Tampoco hay que perder de vista que hasta no hace mucho la investigación médica dejaba de lado la salud femenina. Hasta los años 90 no se exigió la participación de la mujer en los ensayos clínicos. Y en España no se disponen de estadísticas sobre mortalidad diferenciadas por sexo hasta 1989. «Esto era necesario pues sabemos que existe una importante brecha de género en salud yque con frecuencia los procesos biológicos propios de la fisiología femenina son ignorados o ‘patologizados’. En este sentido, el cambio de tendencia está siendo muy positivo porque estimula la conversación, la investigación científica y las acciones de cuidado y autocuidado«, reflexiona la experta de la Universidad de Nebrija.
Una burbuja que no explotará
Ante la amenaza que supone el menowashing cabe preguntarse si la burbuja de la menopausia explotará. «No creo que sea así. Existe una tendencia real a cuidarnos más. Además, hay muchas mujeres que no se sienten bien cuando transitan por el climaterio. Por eso, esto no puede quedar en nada», aventura Romagosa. Es más, para la divulgadora si de algo ha servido este exceso informativo es para dejar claro que hay cosas que le ocurren a la mujer y se deben a sus cambios hormonales. «En este sentido, el menowashing tiene una parte muy positiva: si la población va entendiendo que, por ejemplo, existe relación entre la ansiedad y la alimentación o entre los problemas de sueño y la caída de estrógenos, habrá merecido la pena», concluye.
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