Hacerse mayor va más allá de las arrugas o de la falta de agilidad. Dentro de tu cuerpo, a nivel celular y molecular, se van dando procesos que son los verdaderos causantes del envejecimiento.
Ambos aparatos ofrecen grandes beneficios, siendo mayor el gasto calórico en la cinta de correr y ofreciendo la elíptica un ejercicio más completo. Pero lo realmente importante es moverse.
Así es como puedes olvidarte de las dietas para comenzar a pensar en la nutrición como una forma de nutrir el cuerpo y sentirte bien.
Respirar por la boca en lugar de por la nariz puede deformar la estructura facial y desencadenar un mentón retraído, cara alargada o dientes apiñados.
Pequeños cambios en tu rutina pueden marcar la diferencia. Estos ejercicios te ayudarán a fortalecer tu zona lumbar y reducir el dolor.
Mejora la salud digestiva, acelera el metabolismo, cuida de tu corazón y resulta ideal para aliviar muchos de los síntomas de los catarros. Pero no hay que pasarse de temperatura.
Son una excelente opción que presenta propiedades extra durante esta etapa de cambios. Lo más destacable es su papel como probióticos.
Para controlar el estrés la estimulación del nervio vago es esencial, pero también dos capacidades del cuerpo, la homeostasis y la alostasis.
Algunos adaptógenos como la ashwagandha, el magnesio y la vitamina B6 son esenciales para mejorar el estado de ánimo y la energía. Te contamos cuándo y cómo tomarlos.
Acabar con ese arriesgado ciclo de pantallas azules es necesario para tener más bienestar, mejorar la salud y obtener un mejor descanso.
Hacerlo es clave para mejorar el sueño, combatir el estrés, mejorar la digestión e incluso reducir la inflamación del organismo.