Por qué no es saludable la dieta del pepino que promete hacerte perder siete kilos en siete días

Ha llegado el momento de hacer las paces con la báscula. De perder esos kilos de más que, más allá de su impacto estético, ponen en riesgo tu salud. Así que además de hacer ejercicio, toca seguir un régimen alimenticio que contrarreste los excesos cometidos durante el verano. Pero hay que tener cuidado. Por muy popular que se haya hecho una dieta en internet, por muchos defensores que alaben sus virtudes, no todo vale. Y así sucede con la cada vez más famosa dieta del pepino, que por mucho que prometa hacerte bajar de peso rápidamente no le hará ningún bien a tu salud.

La premisa de esta dieta es muy simple: hay que priorizar la ingesta de una verdura tan sabrosa y saludable como el pepino y acompañarla de alimentos ricos en proteínas. Cuantos más pepinos, mejor. En todas y cada una de las comidas. Cada vez que sientas hambre. Lo que hará –dicen– que llegues a perder hasta siete kilos en sólo una semana. Pero la realidad no es tan bonita como la pintan.

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No está avalada por ningún estudio

Es cierto que la dieta del pepino es muy baja en calorías, lo que puede procurar una rápida bajada de peso. Pero como advierte Rocío del Pozo, dietista-nutricionista en el Consultorio Médico Los Ángeles de Madrid, «es muy probable que esos kilos perdidos se recuperen también muy rápidamente al cesar esta dieta que, además, no ha sido analizada en ningún estudio».

Demasiado pepino y pocos nutrientes esenciales

El pepino tiene un sinfín de efectos positivos para la salud. Y a ello se suma su bajo contenido calórico: 275 gramos de esta verdura aportan sólo 45 calorías al organismo. De ahí que al convertirse en el ingrediente estrella de todas tus comidas te ayude a eliminar con celeridad el exceso de grasas que se acumulan en tu cuerpo.

Además, no importa que su aporte proteico sea mínimo. Al complementar la ingesta de pepinos con alimentos ricos en proteínas, como el pollo y los huevos, garantizarás que tu cuerpo reciba la cantidad necesaria de aminoácidos para su adecuado funcionamiento.

Los pepinos son ricos en algunos micronutrientes como el potasio y las vitaminas C y K, así como muy bajos en carbohidratos. Razón por la que esta dieta permite la ingesta esporádica de alimentos con alto contenido en este macronutriente esencial, como pan y arroz integrales. Pero da igual. El problema es que los (muchos) pepinos acaban sustituyendo a otros alimentos que deben formar parte de toda dieta sana y equilibrada. Lo que, alerta Rocío del Pozo, «se asocia a un riesgo de déficit de proteínas, grasas, fibra y otros nutrientes absolutamente necesarios para una buena salud»

El peligro de no consumir suficientes calorías

Pero no es sólo un problema de escasez de nutrientes. También lo es de calorías. Por muchos pepinos que se coman y aunque se añada algún huevo y alguna que otra tostada, la cantidad de calorías que aportan las distintas variantes de esta dieta suele estar en torno a las 800. Una cifra muy alejada de las necesidades energéticas diarias de toda persona adulta. El resultado es que te sentirás más que agotado en el corto plazo. Y a largo plazo pondrás en riesgo tu salud. Quizás por esta razón no se recomienda que esta dieta se exceda más allá de los 14 días.

No está exenta del temido efecto rebote

En definitiva, la dieta del pepino es, dado su mínimo aporte de calorías, excesivamente restrictiva. Lo que hace que, una vez superada tras una o dos semanas, sea mucho más fácil recuperar los kilos perdidos. Ante una situación de restricción calórica, como sería una hambruna, «el cuerpo –indica la experta– ralentiza su metabolismo, por lo que tiende a quemar pocas calorías y a acumular grasa». Así que da igual que una vez concluida optes por comer menos que lo que hacías antes de iniciarla. Serás más proclive a ganar peso.

Además, para ser honestos, comer tanto pepino y privarse de (casi) todo lo demás no resulta demasiado apetecible. Entonces, ¿cuál es la clave para dejar atrás esos kilos de más y no volver a recuperarlos? Según Rocío del Pozo, «para perder peso y no sufrir el efecto rebote lo mejor es seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes que incluya una amplia variedad de alimentos y evite toda restricción calórica severa».