Ni funcionan ni, peor aún, son saludables. Perder peso de una forma gradual y sostenida, a un ritmo de entre medio kilo y un kilo a la semana, reduce el riesgo de sufrir el efecto rebote.
No se trata sólo de que se acabe convirtiendo en grasa y ganes peso: el exceso de proteína puede ser muy perjudicial para tus riñones, tu salud digestiva e, incluso, tu corazón.
Este combinado de agua y fruta aporta antioxidantes y minerales, previene la diabetes y protege el corazón. Así hay que prepararla y tomarla.
Esta hormona es secretada como repuesta al ejercicio, transformando la grasa blanca en grasa parda y favoreciendo el control y la pérdida de peso.
Del desayuno a la cena, esta dieta relámpago incluye pepino en todas las comidas del día. Algo que puede ayudar a bajar rápidamente de peso, pero también causar déficit de nutrientes y calorías.
Esta dieta nada saludable que incluye seis huevos cocidos al día asegura hacer perder hasta 10 kilos de peso en dos semanas. Fatiga, bajada de defensas y falta de minerales son sus riesgos.
Aunque son mejores que los refrescos tradicionales, no están exentos de azúcares. Ten en cuenta esto y su bajo contenido en fibra a la hora de decidirte por ellos.
Esta dieta combinada con entrenamiento con pesas permite eliminar grasa sin perder músculo. Tomar más proteínas y carbohidratos y menos grasas son sus claves.
Esta infusión sin cafeína se puede tomar fría o caliente. Es rica en antioxidantes y magnesio y disminuye el colesterol.
Tomate, pepino, sandía y melón están en su mejor momento. Junto a proteínas magras y grasas buenas, son la mejor alternativa para la dieta de temporada más saludable.
Con solo 30 calorías, la sandía tiene gran contenido en agua que mantiene hidratado, ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y a recuperarse después de entrenar.