Los corredores noveles someten a sus cuerpos a un gran estrés físico que daña sus músculos y articulaciones. Cumplidos los 40, mejor empezar con el yoga o las pesas.
Las personas que retrasan mucho la cena duermen peor, tienen más hambre durante el día, sufren ardor de estómago, y tienen mayor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad.
Las verduras son la base de cualquier alimentación sana y equilibrada, pero algunas son más «saludables» que otras. La clave está en su cantidad de carbohidratos.
Desayunar 30 gramos de proteína en los primeros 30 minutos desde que te levantas y finalizar con 30 minutos de ejercicio de baja intensidad. Además de perder peso te ayudará a mejorar tu salud.
Tomar el desayuno en las primeras dos horas desde que nos levantamos ayuda a que nuestro metabolismo esté a pleno rendimiento durante todo el día.
El secreto está en los músculos. Si quieres quemar grasa, la clave es el entrenamiento de fuerza y una dieta rica en proteínas.
Prescindir de la energía que te aporta la primera comida del día puede hacer que te sientas cansada, confusa e irritable y tener efectos muy negativos para la salud de tu organismo.
La alimentación y la inactividad tienen mucho que ver con el peso, pero incluir ciertos hábitos que activan el metabolismo también pueden ayudarte.
En función de nuestra edad tenemos un gasto calórico mayor o menor, aunque también hay que tener en cuenta la individualidad de cada uno.
Si el cuerpo te pide dulce y no eres capaz de resistirte a la sensación de felicidad que te da un bombón, puede que estés enganchado. Pero sólo tienes que reeducarte y saber identificar qué lleva azúcar.
No sólo es cuestión de grasas y carbohidratos. Las horas a las que comemos pueden ser también una pieza clave para que la comida no sólo nos siente mejor o peor, sino también para regular el apetito.