Beber agua, vestir por capas y ajustar la intensidad al momento son clave para controlar este síntoma que, por cierto, mejora considerablemente cuando se mantiene la práctica de forma constante.
Entrar en esta etapa cuando ya se han cumplido los 55 años no es algo habitual, pero le sucede a cerca de un 5% de las mujeres. Estos son los riesgos y beneficios que conlleva esta situación.
La bajada de estrógenos del climaterio y su antesala hace necesaria una ayuda para gozar de una buena calidad de vida.
El té contiene sustancias antiinflamatorias y una baja cantidad de cafeína, por lo que es uno de los remedios más sabrosos y eficaces para combatir todo tipo de cefaleas.
El entrenamiento de fuerza es uno de los más efectivos para mantenerse en forma durante esta etapa. Además de tonificar la masa muscular, ayuda a proteger los huesos y sentirse con más vitalidad.
Irritabilidad, deseos de gritar, falta de energía... Las alteraciones emocionales son muy comunes en esta etapa. Comprenderlas y llevar un estilo de vida saludable es fundamental para limitar su efecto.
Pasar largos periodos sentado se asocia a un mayor riesgo de mortalidad prematura que no se compensa con el ejercicio físico.
La caída de estrógenos es la principal culpable de este síntoma que afecta a rodillas, caderas, hombros... ¿La buena noticia? El ejercicio de fuerza y de movilidad ayudan a mejorarlo de forma efectiva.
Marta León, experta en alimentación y salud hormonal, nos explica cómo estas sustancias químicas tan presentes en la vida cotidiana pueden afectar al sistema hormonal.
Expertos en ginecología, farmacia, deporte, cosmética, nutrición e imagen personal participarán en esta cita el próximo 26 de abril en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
Darse baños helados o duchas de agua fría ayuda a combatir los síntomas de la menopausia, regula los niveles de cortisol y mejora la salud cardiovascular.