La caballa es un pescado muy completo a nivel nutricional que es muy habitual en la dieta mediterránea y que tiene amplios beneficios para la salud.
Retrasar demasiado el desayuno o la cena, madrugar mucho o acostarse muy pronto o muy tarde puede afectar negativamente a tu salud. Te contamos cuándo hacerlo.
Comer fruta en el desayuno siempre es una buena opción, pero la naranja puede ayudarte a controlar el hambre durante toda la mañana, entre otros muchos beneficios.
No sólo contiene menos cafeína: el té matcha es rico en L-teanina, un aminoácido facilita la relajación corporal y ayuda a conciliar el sueño.
Se ha demostrado que la combinación de skyr y avena para desayunar disminuye la ingesta diaria de calorías y mantiene a raya el colesterol.
Según un estudio de la Universidad de Harvard, las proteínas vegetales son más beneficiosas para el organismo, sobre todo a partir de la mediana edad.
Si te ocurre, andarás muy cansado. Un nutricionista explica cómo saber si lo eres y a transformar la alimentación para vivir con más energía.
Según varios estudios científicos, la vitamina K mejora la salud arterial y la densidad ósea, además de retrasar el deterioro cognitivo.
La tecnología alimentaria apuesta por la sostenibilidad con frutas resistentes al cambio climático, leche que no lleva leche o mezclas de vegetales con proteína animal.
Una comida rica en proteínas y carbohidratos en las horas previas o un ligero tentempié 30 minutos antes te aportarán energía para que tu ejercicio sea satisfactorio.
Ricas en proteína, fibra, minerales y antioxidantes, las legumbres reducen el riesgo de multitud de enfermedades crónicas te ayudarán a vivir muchos más años.