No basta con poner distancia física con esa persona que te hace daño: debes poner distancia emocional. Y, para eso, aprender a dejarle ir de tu vida y así continuar avanzando.
Que alguien sea de tu familia no significa que tengas que aguantar sus manipulaciones y faltas de respeto. Y cuando la conversación suba de tono, toma las riendas y cuenta una buena historia.
La autocompasión consiste en hablarte con la misma amabilidad y empatía con la que tratarías a tu mejor amigo cuando comete un error.
Plantearte una cuestión o un sentimiento incómodo hacia alguien desde una postura contraria a tus emociones puede ayudarte a encontrar una forma más empática y justa de ver las cosas.
El reencuentro con familiares que quieres evitar o el estrés financiero impiden que se cumplan tus altas expectativas sobre las fiestas, lo que puede hacer que te sientas desdichado.
Estás en pleno pico de ansiedad o de estrés e intentas calmarlo recurriendo a la comida. Esta técnica puede ayudarte a cambiar el foco y combatir el hambre emocional.
No consultar el móvil, realizar actividades que potencien tu autocuidado, tomar un desayuno saludable y mantener una actitud positiva te permitirán desterrar la ansiedad y vivir el día con una sonrisa.
¿Te imaginas cómo sería la vida sin un navegador en el móvil y en el coche? Puede que fuera más caótica, pero tal vez tu memoria (y tu cerebro) te lo agradecerían.
La psicóloga e hipnoterapeuta Daniela Constantín analiza el concepto de placer culpable y cómo puede influir en tu forma de actuar.
No se trata de un concepto psicológico. Los vampiros emocionales son personas con las que, al interactuar, sientes que te has quedado sin energía.
Tu idea iba a catapultarte al ascenso que tanto mereces. Pero ese compañero tan cercano al que se la mostraste la ha presentado como suya. Pero por muy iracundo que estés, nunca pierdas los papeles.