La toma de algunos alimentos y suplementos, así como los paseos bajo el sol, evitarán que tus niveles de vitamina D se desplomen.
Correr cuando hace frío potencia aún más el sistema inmune y la pérdida de peso. Es importante vestirse adecuadamente, calentar y no olvidar hidratarse.
Generar nuevas conexiones neuronales es posible y ayuda a dejar de fumar, comer mejor o hacer deporte, entre otros.
Añadir pesas a tu entrenamiento acelerará el fortalecimiento y tonificación de tus músculos y te ayudará a que pierdas (más) peso.
La caída de energía con la llegada de la noche, la sensación de soledad o de que el día no ha sido suficientemente productivo, pueden hacer que el estrés aumente al atardecer.
La ciencia confirma el impacto positivo de los entornos verdes sobre la salud física y mental. Integrar esta práctica en el día a día es casi obligatorio. Existe una app que nos ayuda a lograrlo.
El BDNF favorece la creación de nuevas neuronas y ayuda a tu cerebro a estar en forma, y tiene relación directa con la actividad física.
Jengibre o hinojo para la hinchazón abdominal. Canela para controlar el peso o melisa para descansar mejor. Las bebidas de plantas infusionadas pueden ser de gran ayuda en esta etapa.
Según un estudio reciente, tomar de 2 a 3 tazas de café al día reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas hasta en un 48%.
La aronia negra, proveniente de América del norte, es una gran fuente de antocianinas un tipo de flavonoide natural con una potente capacidad antioxidante.
Con la puesta de sol, la tos, la fiebre y los dolores se intensifican y no te dejan dormir. Además, pensar en lo mal que te encuentras sólo hará que te sientas peor. Pero ponerle remedio es muy fácil.