Usar tapones y antifaces puede ser útil para aislarte y conciliar mejor el sueño. No obstante, su uso continuado puede entrañar una serie de riesgos que debes conocer.
La elongación de las fibras musculares que se produce con los estiramientos estáticos puede llegar a fatigar los propios músculos, por lo que tu rendimiento será peor.
Al dejar los carbohidratos para el final de la comida te sentirás más saciado y lograrás un mayor control de los niveles de glucosa, lo que previene el desarrollo de diabetes y otras enfermedades.
Saber más de un idioma se asocia a un gran número de beneficios cognitivos y reduce el riesgo de desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Párkinson o el Alzhéimer.
Ideales para un picoteo entre comidas, protegen frente al daño de los radicales libres y reducen la inflamación. Te contamos cuáles son los más beneficiosos.
En casa, en la arena, en el jardín... Quitarte los zapatos puede ser una terapia antiestrés y una toma de tierra con la naturaleza. Además, mejora tu postura y tu equilibrio.
En Japón practican a diario desde hace casi cien años este ejercicio de calistenia que te llenará de energía y te ayudará a mejorar tu resistencia, agilidad, equilibrio, coordinación y flexibilidad.
Puedes ponerte pijama, camisón o una camiseta vieja. Y puedes probar a dormir sin ropa y descubrir cómo esta práctica puede ayudarte con la ansiedad, al descanso y a la autoestima.
Leer más, tener amigos listos, practicar la meditación, comer bien y hacer ejercicio te ayudarán a ser más inteligente. Y aquí el móvil no es para nada tu aliado.
Si quieres comer de forma saludable, la pirámide nutricional puede ser una herramienta interesante, pero cuidado: los dietistas advierten de los fallos que tienen sus recomendaciones.
Respirar lenta, profunda y regularmente sólo a través de la fosa nasal izquierda activa el sistema nervioso parasimpático, lo que te ayuda a relajarte y que disfrutes de un sueño reparador.